En diálogo con Roberto Caferra ( Radiópolis, Radio 2), Di Mónaco aseguró que “no elude responsabilidades” respecto de los desmanes que este lunes protagonizaron algunos de sus alumnos. Una estudiante del colegio le pintó con aerosol el saco a Franco. Pero no fueron solo los chicos del Sagrado quienes ayer salieron a copar las calles; la peatonal se convirtió en un verdadero hormiguero de jóvenes vestidos con distintos uniformes y guardapolvos, festejando el inicio del fin: su último año de secundario.
El director del Sagrado explicó que “la previa” es un fenómeno relativamente reciente, pero que con cada año que pasa sus manifestaciones se hacen cada vez mas exageradas y terminan en problemas. Ayer, además del saco vandalizado, una camioneta 4x4 corrió la misma suerte. Aunque acaso,lo más serio fue cuando un adolescente golpeó a una agente de la GUM que le pedía desechar su bebida. El joven –aún no identificado– tomaba sangría de una botella cortada.
Para Di Mónaco, esto tiene que ver con la necesidad propia de los adolescentes de legitimarse ante sus pares –y por eso redoblan constantemente la apuesta, para demostrar que son mejores que las generaciones anteriores–, y con la propia “inacción” de los adultos. En tal sentido, indicó que ya desde hace un tiempo había intentado llamar la atención de los padres sobre las consecuencias de este tipo de prácticas. Además, arremetió contra las autoridades municipales que deberían controlar mejor la venta de alcohol a menores.
Si bien Franco coincidió en la necesidad de lograr el “compromiso de la sociedad” y trabajar sobre la prevención, sostuvo que la sensación que le quedó es que "todos quieren tirar la pelota fuera de la cancha”. “La mamá que no trascienda el apellido, la institución que no se involucre el nombre”, precisó.
En su opinión, no es éste el modo de hacer la cosas y enfrenar el problema subyacente: la escalada de violencia entre los jóvenes.
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