Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) exigen al gobierno medidas preventivas para que no se repita lo que ya viene sucediendo: las empresas distribuidoras les avisen a los clientes pocas horas antes que les van a dejar de proveer gas o que deben bajar su consumo de electricidad entre las 18 y las 23, hora pico de demanda en el consumo domiciliario.
La situación lleva a que las empresas que no cuentan con fuentes de energía alternativas deban suspender la producción y la posterguen para la noche o para semanas después, pero algunas fábricas de proceso continuo no pueden apagar sus máquinas. Ante esa situación, industrias como la láctea o la automotriz parecen reaccionar distinto.
Crisis en puerta en Milkaut
El presidente de Milkaut, Miguel Benvenutti, confirmó que la empresa láctea con casa central en Franck –45 kilómetros al oeste de la ciudad de Santa Fe– recibió la notificación de Litoral Gas indicándole que no debe consumir ese combustible hasta nuevo aviso. Pero además, no consiguen demasiadas fuentes alternativas, como el fueloil para activar algunos procesos.
“En estos momentos estamos seriamente complicados a pesar de que no estamos exportando, y sólo nos dedicamos al abastecimiento del mercado interno”, aseguró el gerente industrial de Milkaut, Martín Pfeifer, a Rosario3.com. La empresa trabaja con un producto perecedero que debe procesarse con celeridad y para eso se emplean calderas y hornos que funcionan a gas –en especial para la deshidratación de la leche en polvo–.
“Si no contamos con gas natural tendremos que hacer las adecuaciones para trabajar con gas licuado, pero eso lleva tiempo y también dinero en inversiones extraordinarias” anticipó Pfeifer. Mientras eso sucede, y para el caso de que la situación de crisis persista, Benvenutti reconoció que en las próximas semanas podría suspenderse personal.
General Motors trata de evitar suspensiones
En el caso particular de la automotriz General Motors que actualmente se maneja con dos turnos de producción para la mayoría de las secciones en los que trabajan alrededor de 2 mil empleados –de 6 a 15, uno; y de 16 a 1 de la madrugada, el otro) sindicato y empresa ya empezaron las negociaciones a fin de evitar que la crisis energética perjudique a los trabajadores.
“Para lograr que no se suspenda a nadie, sobre todo a los que hacen el turno de 16 a 1, ya estamos conversando sobre la posibilidad de que los que entran a las 16, lo hagan a las 23 (cuando se levanta la restricción de energía)”, explicó el secretario general de Smata, Marcelo Barros.
Si se llega a un acuerdo en este sentido, los obreros trabajarían durante la noche, al menos mientras dure la emergencia energética; y a cambio, su turno se reduciría de 8 horas y media, a siete horas reloj. Otra opción sería que esos mismos empleados cumplan su turno entre las 8 y las 15.
“Con el tercer turno de operarios no habría inconvenientes, porque ellos trabajan después de las 23”, afirmó Barrios. Se trata de unos 200 obreros que cubren las áreas de motores y ensamble y por ahora no verán afectados sus horarios de trabajo. La próxima reunión entre las partes tendrá lugar el lunes próximo y si hay acuerdo en los cambios propuestos, el 1º de julio estrenarían nuevos horarios de producción, sin reducción de personal.
Vidrieras sólo de día
Por su parte, el titular de la Asociación Empresaria de Rosario, Elías Soso, convocó a los empresarios a actuar con solidaridad para que la gente no pierda el trabajo.
“Hace un año se reían cuando yo proponía apagar las luces de las vidrieras durante la noche –reflexionó Soso– y hoy vemos como los empresarios de Buenos Aires proponen suspender los espectáculos públicos nocturnos para ahorrar electricidad. Ya que es imposible frenar el proceso productivo, habrá que pensar por dónde se pueda ahorrar, sin embromar al trabajador, además de pedirle al gobierno precisiones sobre las inversiones y la extensión de la crisis, para que se pueda planificar”.