“Soy el próximo Febres”. La comparación con el represor de la Esma que fue envenenado antes de declarar en Buenos Aires, es de Eduardo Costanzo, ex agente de inteligencia del Ejército al servicio del cual trabajó, según su propia declaración, desde el 7 de julio de 1977 hasta el mes noviembre de 1978. Costanzo fue detenido en el año 2004 en el marco de la causa que la Justicia Federal de Rosario lleva adelante sobre violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar, y luego de pasar un período en el ex Batallón de Comunicaciones 121, fue trasladado por la Justicia a su vivienda familiar donde continúa bajo el régimen de prisión domiciliaria.

Desde allí, Costanzo dispara con munición gruesa, afirma ser un chivo expiatorio, acusa –tal como dice haberlo hecho con anterioridad ante la Justicia,– al resto de los integrantes de la llamada “patota” que detenían, torturaban y mataban personas señalas por el Ejército, a pesar de lo cual están en libertad y advierte que si lo trasladan a una cárcel común, como podría ocurrir en breve, lo matarán como ocurrió con el represor Héctor Febres.

El 15 de mayo va a cumplir 73 años, y aunque cuenta con la edad suficiente como para gozar de los beneficios de la prisión domiciliaria, este viernes denunció ante los medios de comunicación que sabe con certeza que la Cámara de Juicio Oral Número 1 de Rosario tiene la intención de trasladarlo a una cárcel común, ante la posibilidad de que se fugue de la vivienda que habita con su mujer, a pesar de tener custodia de la Policía Federal durante las 24 horas.

“El juez Paulucci aduce que me puedo escapar o que puedo entorpecer la investigación y que por eso es mejor que me trasladen, pero yo estoy seguro de que lo que quieren hacer es matarme", asegura Costanzo a Rosario3.com.