Tras el incremento del 2 por ciento que sufrió el sachet de leche la semana pasada, este lunes, el gobierno autorizó a la industria lechera subas escalonadas de hasta el ocho por ciento. El bolsillo del consumidor, bien gracias. Pero, no es el único perjudicado ya que, según la Federación Agraria (FAA) los productores lácteos “están yendo a pérdida” mientras a la industria se le permite reacomodar sus precios.