Los ataques sufridos en los últimos días por mujeres a manos de taxistas en la ciudad de Rosario abrieron el debate acerca de las posibles soluciones para que estas situaciones no se repitan. Los primeros días de diciembre, una estudiante de diecinueve años denunció haber sido violada por un taxista. Un mes después, una joven lograba escapar de un chofer que intentó violarla en la zona norte de la ciudad. Para evitar este tipo de delitos, desde hace unos años en algunas ciudades del mundo se lleva adelante una experiencia novedosa con resultados positivos: los “taxis rosas”.

Se trata de un servicio de vehículos de alquiler conducidos por mujeres para mujeres que prometen seguridad y confort a sus pasajeras. En Rosario, aún no ha habido proyectos en este sentido, aunque la iniciativa no sería dífícil de llevar adelante. En principio, choferes mujeres no faltan: 33 remiseras y 166 taxistas tienen licencias registradas y podrían constituirse en las conductoras de la flota rosa.

Londres fue pionera en el lanzamiento de los llamados “taxis rosas”. Allá por febero de 2006, nacía “Pink Ladies”, una empresa de taxis de color rosa brillante manejados por mujeres, dirigida exclusivamente al público femenino. “Nosotras tenemos derecho a viajar seguras”, dijo en oportunidad del lanzamiento Tina Dutton, una de sus fundadoras. La idea, única en el mundo, era evitar los robos, ataques y violaciones que muchas londinenses venían sufriendo de parte de conductores de vehículos ilegales o de particulares sin licencia.

Para ese entonces, en esa ciudad se registraba un promedio de diez asaltos a mujeres en taxis al mes. En Londres, para acceder al servicio, las usuarias deben asociarse previamente abonando una mínima suma. Luego, para el pago de los viajes no se acepta dinero efectivo sino que la cancelación se hace únicamente con tarjetas de crédito, débito o de recarga, por cuestiones de seguridad. Asimismo, las pasajeras reciben dos llamadas cuando el coche se acerca a recogerlas, a fin de evitar que tengan que esperar en la calle.

La empresa Banet Taxi, de Nawal Yaghi Fajri, revolucionó el mercado libanés lanzando una flota de autos de color rosa conducidos por mujeres que sólo aceptan como pasajeros a damas y familias, pero nunca hombres solos. La iniciativa, desarrollada en la aldea de Mtabybel, sorprendió en el país árabe donde el rol de chofer, hasta allí, estaba asigando exclusivamente a los caballeros. Sin embargo, tuvo gran aceptación y una sólida clientela que encontró en Baner una garantía de seguridad y confianza, sabiendo que quien conduce conoce a la perfección las necesidades femeninas.

En América, la ciudad de Puebla, en México, es una de las pioneras, habiendo estrenado el servicio en 2009 con una flota de 35 unidades y generando 105 puestos de trabajo. Los vehiculos cuentan con mecanismos para evitar asaltos (como botones para situaciones de emergencia) y kit de belleza.

Apenas comenzado 2010, Barcelona también inauguraba su experiencia con los taxis para mujeres. En este caso, los coches no son de color rosa sino amarillos y negros como todos los demás, ya que la normativa así lo establece. Una mujer fue la creadora de la empresa con la idea que sus congéneres puedan viajar relajadas y seguras.

Ciudades como México, Dubai, Medellín y Moscú, también llevan adelante esta experiencia con éxito.