Tensión en zona sudoeste por la falta de agua potable

La falta de agua en varios barrios de la ciudad es un problema que este martes volvió a ponerse de manifiesto con el enérgico reclamo que en ese sentido mantenían los vecinos de Rivarola al 7000, en la zona sudoeste de Rosario. Los habitantes de ese sector denuncian que no se trata de falta de presión, sino que de las canillas de sus casas no sale una gota. Y por eso, hasta tener una solución, decidieron retener a un móvil de Aguas Santafesinas que llegó al lugar.

“No es falta de presión, sino que directamente no hay agua. Llevamos haciendo dos o tres reclamos al año desde 1994. El agua no sale casi nunca, y cuando sale es turbia; no se puede tomar. Las condiciones de la cisterna son deplorables, es un servicio que nos cobran y que no nos prestan”, se quejó una mujer de la zona ante el móvil de Radio 2, en relación al tanque de 40 mil litros que existe en el barrio y que bombea además agua hacia el límite del municipio con Pérez.

En medio de esa tensa situación, los habitantes del barrio retenían a un empleado de Aguas Santafesinas (Assa) que llegó para revisar la cisterna, a la espera de “que se presente algún directivo de la empresa”.

Según señaló el responsable de comunicación de Aguas, Guillermo Lanfranco, ese problema surge por inconvenientes en el bombeo y reconoció que “el barrio tiene baja presión y no está dentro de los valores óptimos”.

Sin embargo, dijo, de nada ayuda que se retenga a un empleado de la firma que precisamente fue al lugar a reparar las fallas. “Retener a una persona o impedir que pasen vehículos no va a solucionar el problema”, precisó el portavoz en diálogo con Radiópolis esta tarde.

El periodista de Radio 2 Gustavo Poles contó desde el lugar de los hechos que los vecinos están indignados porque aseguran que directamente no sale agua y que ellos vienen denunciando esta situación desde 1994. Lo cierto es que los problemas de falta de agua no sólo son de ese barrio, también existen problemas en otros puntos como zona norte.

El trabajador retenido, de apellido Agosti y con 29 años de servicio en la compañía proveedora del servicio, comprendió la bronca de la gente pero aseguró: “La bomba trabaja de manera normal, de parte nuestra está todo bien. Si hay algún problema puntual en otra parte, desconozco”.