Marcelo Tinelli retorna este lunes a la televisión con "Showmatch” y dijo que "uno sueña un programa de TV, pero en el aire se te va para un lado o para el otro”.
En su oficina del cuarto piso de Ideas del Sur, Tinelli analizó en diálogo con la agencia Télam la TV, el certamen bailando por un Sueño con el que vuelve este año y la repercusión de su éxito como ocurrió el año pasado con la imitación de dirigentes políticos o de los bailes del caño.
En ese marco, Tinelli recordó que cuando hacía el tradicional corte de pollerita en la cumbia durante el Bailando, "al otro día llevaba a mis hijos al colegio y las mamás de los compañeros de mis hijos me miraban diciendo «ahí viene el Anticristo»”.
Con más de 20 años en el centro de la escena y siendo uno de los dos conductores de mayor rating en la TV de los últimos años con Susana Gimenez, Tinelli dijo que "en este medio hay que tener los pies sobre la tierra porque te confunde el elogio y te confunde la crítica, porque te enojas y te sacas por algo que escribieron y no tiene sentido. Hay que vivir más relajado porque este es un medio en donde el éxito y el fracaso se mezclan todo el tiempo”.
Tinelli vuelve con Showmatch y su estela de polémica
El programa que es sinónimo de éxito en la televisión argentina se podrá ver por Canal 3, al término de "Malparida". "Se armó un lindo cóctel de figuras", dijo el conductor sobre la nueva temporada
—¿Cuál es tu menú para este año?
—En principio se armó un lindo cóctel de figuras, vamos a ver después en el aire si da o no da, los pingos se ven en la cancha. Uno sueña un programa de TV pero en el aire se te va para un lado o se te va para el otro. Nosotros arrancamos el año pasado un programa y apareció Fort en el repechaje y donde hacíamos 22 puntos pasamos a hacer 30.
—¿Pensás en retirarte?
—No, amo lo que hago, a mí me gusta lo que hago, así que por qué me voy a ir a casa. Lo digo bien, no pienso en retirarme. El día que no esté feliz, sí me iré a un costado.
—¿Sentís que sos una persona influyente socialmente?
—No puedo desconocer que el programa tiene mucha repercusión y en ese marco siempre dijeron que ayudábamos a tal dirigente o le pegábamos a este otro y no es así. Éste es un programa de entretenimientos, con humor. Por eso hay que entender que esto es TV y es humor. Si a uno lo favorece o no, ya es una cosa que piensan los jefes de campaña que siempre están midiendo todo, lo nuestro es hacer humor.
—¿A lo largo de los años, quién va decidiendo los cambios en el bailando, vos o la gente?
—Para mí, lo va marcando la gente, hay que tener en cuenta que el Bailando es un formato de 13 programas y nada más, en México, Italia y España participan 12 parejas y dura tres meses. Nosotros salimos lunes, martes, jueves y viernes y este año bailan 28 parejas. Y lo tenemos que estirar y a partir de ahí buscar mas condimentos, apuntalar más el sueño, que la pareja se comprometa con el sueño, que vayan a hacer misiones solidarias, si se armó una polémica, continuarla y ser partícipe de esa polémica.
—Pero a veces el programa fue un conventillo. En ese marco, ¿cuál es tu límite?
—A veces los participantes te mandan cartas documentos o se dicen de todo en otros programas, yo de lo que sea fuera del programa no me hago cargo. Yo hasta acá miraba para el costado, y mirando para atrás hay cosas que no las permitiría; estoy pensando en una especie de tarjeta roja, de decir hasta acá llegó el Bailando para vos, de decir te vas, como el escupitajo de Sabrina Sabrok a Jorge Laufacci, eso no puede volver a suceder. Ahí yo me planto y digo: "el certamen, para vos, se acabó".
—¿Por qué ahora son cinco miembros del jurado?
—Con los cinco miembros del jurado solucionamos un problema muy grande del año pasado como los empates. Hubo muchos empates, no se ponían de acuerdo y la producción se volvía loca porque se estiraba el programa y terminábamos muy tarde. En cambio, ahora serán tres a dos. No puede haber empate.
—¿Por qué crees que tiene tanta repercusión?
—Para mí, el Bailando es como el campeonato de fútbol, es el campeonato nacional de baile. Todos opinan a ver quién gana, quién se fue, quién bailó mal, quién se peleó con quién, lo viven como una novela de entretenimiento.