"Lo importante es que estoy vivo", resumió Luis Ojeda, uno de los gendarmes rosarinos que sobrevivió tras el fatal accidente en Chubut. Y con esa frase el joven –que regresó a la ciudad luego de pasar cuatro meses internado en el hospital militar de Buenos Aires–  dejó en claro cómo cambiaron sus prioridades en la vida a raíz del fatal accidente. Felíz y visiblemente emocionado se abrazó con su esposa e hijos y con todos los vecinos que se juntaron para recibirlo en la puerta de su casa en Sarmiento al 3400.