No es raro encontrarse con personas que no desayunan por las mañanas o que a lo sumo toman un vaso de leche ó un café. Se calcula que el cuerpo gasta unas 600 calorías durante la noche, mientras dormimos. Esto se debe a que se gastan calorías aún en reposo. Al despertarnos después de unas ocho horas de no haber comido nada, estamos con un déficit de calorías. Si no reponemos estas calorías, el cuerpo comienza a funcionar con las reservas de azúcar que tiene guardadas.