A partir de la eliminación de whiskerías aprobada este jueves por el Concejo Municipal, los dos cabarets que siguen en pie en la ciudad, Las Vegas y Gotika City Club (donde funciona también Porkys y el Golden), deberán cambiar de rubro. Pero en uno de ellos no existe oferta sexual: se trata del conocido boliche gay de Mitre 1539 que abrió sus puertas por primera vez en la ciudad hace ocho años como “un multiespacio alternativo que celebra la diversidad sexual”. Su dueño, Pedro Paradiso, celebró “el objetivo noble” de la iniciativa, pero advirtió que “solo con el cambio de nombre no se va a conseguir resolver la problemática aberrante de la trata”. Aseguró que a pesar del cambio de nominación, el espíritu de Gotika seguirá siendo el mismo y defendió la figura del “cabaret artístico”, cuna del transformismo y del café concert.

En diálogo con el programa A Diario, que conduce Alberto Lotuf por Radio2, Paradiso, activista de larga data por los derechos de la comunidad LGTB, indicó que lo que la gente entiende como cabaret –errónamemente asociada la prostitución–, es el resultado de un “mal entendido cultural” usufructuado al mismo tiempo por delincuentes.

En tal sentido, condenó la explotación sexual y recalcó que la trata de personas es de los delitos “más aberrantes que existen”, pero advirtió que con la eliminación del rubro no se va a acabar con él. Además, ponderó que quien se dedica a esta práctica no va, justamente, a anunciarse “con un cartelón diciendo hago esto”. Es por ello que pidió que a la ordenanza se le sumen "acciones concretas".

De todos modos Gotika, anotado como cabaret, deberá cambiar ahora su figura, aunque no lo que sucede entre sus paredes: “Vamos a adecuarnos, ponernos otro nombre que nos permita seguir haciendo lo mismo que hace ocho años”.

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