El caso conmociona a La Rioja: un juez fue detenido por un crimen que él mismo invetsigo en una primera etapa de la instrucción. Se trata de Walther Sinesio Moreno, que ahora pasará de juzgador a juzgado, ya que está imputado por el asesinato de un vendedor de autos junto a dos suboficiales de la Policía provincial y un ex gendarme.

Moreno, juez de instrucción de Villa Unión, una ciudad del oeste riojano, saltó a la notoriedad cuando dirigió la investigación por la desaparición de la turista suiza Annagreht Wülgler, a fines de agosto de 2004.

Junto a Moreno están imputados dos suboficiales de la comisaría de Villa Unión y un ex gendarme, y que fue detenido en la noche del domingo en Chilecito.

Anoche la Legislatura Provincial destituyó a Moreno en una sesión extraordinaria. Cuatro horas después el juez fue detenido en un hotel céntrico de La Rioja en medio de un despliegue policial. Moreno ya había sido suspendido por 30 días por el Tribunal Superior de Justicia.

Según consigna el diario Clarín, Jorge Ormeño, conocido propietario de una concesionaria apareció muerto dentro de su camioneta Ford Ranger en el fondo de un barranco de unos 10 metros de profundidad, a un costado de la ruta entre Villa Unión y Pagancillo, en la madrugada del miércoles 9 de abril. Tenía golpes en todo el cuerpo, estaba maniatado y había sido rociado con combustible. La autopsia reveló que murió por un fuerte golpe en la base del cráneo.

El fiscal general, Salvador Ana, que ayer anunció la imputación contra Moreno, confirmó que Ormeño salió de su casa en Villa Unión en la noche del martes 9 de abril para reunirse con Moreno en Tribunales. "Era una reunión de negocios", explicó el procurador, quien precisó que "de allí la víctima fue trasladada hacia otro lugar donde fue golpeado hasta su muerte". Según Ana, "el lugar del hallazgo del cuerpo no es el lugar de la muerte".

Luego, según la acusación, el cuerpo de Ormeño fue puesto al volante de su camioneta, rociado con combustible y lanzado el vehículo al cañadón donde fue hallado. Al parecer, algún hecho fortuito impidió que le prendieran fuego, con lo cual hubiesen complicado la investigación.

El procurador precisó que en la investigación trabajaron dos equipos de fiscales.

Según Ana, se determinó que hubo una llamada hecha desde el celular de Moreno en la que le pidió a su yerno, Jorge Sosa, que buscara dos testigos que dijeran que la camioneta de Ormeño había sido vista frente de la casa de su ex amante, Edith Catalina Casas. Esta mujer fue imputada por Moreno como autora del crimen y aún permanece detenida junto a dos vendedores ambulantes. Todos ellos serían liberados en las próximas horas.

Por jurisdicción, cuando se halló el cuerpo de Ormeño, Moreno se hizo cargo de la investigación. Y ordenó la detención de Casas y los dos vendedores ambulantes.

Pero los abogados de Casas, Soledad Varas, y de la viuda de Ormeño, Nicolás Azcurra, advirtieron sobre hechos llamativos.

Según Azcurra, Ormeño tenía en su casa pagarés firmados por Moreno. Dijo que se encontraron unos 20 documentos y que podría haber más, por lo que se presume que el juez tenía una importante deuda con la víctima.

También advirtió que un juego de llaves que estaban en poder del juzgado porque habían sido halladas en la camioneta de la víctima, aparecieron luego en el techo de una pensión donde vívía uno de las personas que Moreno ordenó detener. Para Azcurra, eso demuestra que el juez intentó "plantar" pruebas.

Ayer se conocieron más testimonios que comprometerían al juez: como el de los empleados de una estación de servicio, quienes dijeron que la madrugada de la muerte del Ormeño, Moreno compró un bidón con nafta. El cuerpo de la víctima apareció rociado con ese combustible.