Mientras la niña que ingresó la semana pasada al hospital de Niños Víctor J. Vilela se recupera satisfactoriamente, un niño de 12 años ingresó este lunes a la noche al centro de salud por haber aspirado la misma sustancia tóxica, pero se escapó en las primeras horas de este martes, según trascendió desde el centro de salud.
El chico fue encontrado alrededor de las 23.15 cuando salió una ambulancia del Sies en dirección a Santa Fe al 1000. Según señaló Leandra González al móvil de Radio 2 "en ese lugar se halló a un niño con pérdida de conocimiento en la vía pública".
Se trata de un chico de 12 años que estaba acompañado de un adolescente un poco más grande que señaló que habían estado aspirando pegamento. Luego de que se diera a la fuga, personal de la comisaría 3ª intentaba ubicarlo para que pudiera recibir el tratamiento necesario.
"En el lugar había bastante olor a solución para pegar, el chico presentaba taquicardia, depresión del sensorio, aumento del ritmo cardíaco y aunque no estaba en paro estaba inconsciente", dijo la médica.
En tanto, de acuerdo a lo que estableció el joven que acompañaba al niño, el malestar sobrevino luego de que el menor "aspirara demasiado rápido y en forma brusca cuando se debe hacer lento y prolongado".
La directora del Vilela, Karen Liljestrom, manifestó, en diálogo con el programa Diez puntos, de Radio 2, su preocupación por cómo se profundiza esta problemática. "No sólo ha aumentado el número de niños que consume, sino que además ha bajado la edad", afirmó.
Sobre este caso en particular, dijo que el chico de 12 años llegó acompañado por otro de entre 13 y 14. Y que luego de que se iniciaran los estudios, "se recuperó excitado y se escapó con el otro niño".
Una de las cuestiones que agravan la situación, entiende la médica, es "la sustancia, el diluyente con el que se estaría mezclando el pegamento. Son sustancias que agravan la toxicidad, un aditamenteo para una problemática de por sí muy grave".
Mientras, en el mismo Hospital Vilela desde el viernes se recupera una niña con los mismos síntomas. Los casos se suman a la muerte en menos de un mes de tres chicos –dos de 14 y uno de 18– por el mismo consumo.