A los 30 minutos de juega, el entrenador del cuadro de la Segunda División del Campeonato Paulista se molestó por que un rival demoraba y lo cuerpeó. Reprendido por el juez Flavio Rodrigues de Sousa, le pegó un puñetazo en el rostro.
Tras dicha acción el entrenador fue inmediatamente expulsado, y aunque salió aplaudido por los "torcedores" del Comercial, con el marcador que en ese momento ya estaba cerrado, su equipo terminó relegado a la Tercera División paulista junto con Portuguesa santista, Ferroviarária y Juventus.