La mayoría de los heridos sufrieron el alcance de cristales rotos de casas; 31 de ellos fueron trasladados al hospital General Yagüe. Asimismo, en el gimnasio de las instalaciones de la Policía Local se instaló un puesto médico avanzado para atenderlos.
El auto que contenía el artefacto estacionado en la parte posterior del cuartel, provocó un enorme cráter así como cuantiosos daños en edificios cercanos entre ellos las oficinas de la Policía Local.
Según las primeras pesquisas por parte de las fuerzas de seguridad, no se produjo ningún aviso previo a la explosión, atribuida a la banda terrorista ETA.
Además, fuentes de la investigación señalan la posibilidad de que este ataque fuera realizado con una furgoneta bomba robada en Francia según informa el diario El Mundo en su versión on line.
Se trata del atentado más fuerte de la banda terrorista ETA tras el que el pasado mes de junio le costó la vida a Eduardo Puelles García, inspector de la brigada de información del Cuerpo Nacional de Policía. En esa ocasión, los terroristas le colocaron una bomba lapa en los bajos de su vehículo.