Los resultados ponen de relieve el importante papel que desempeñan los padres en el problema del riesgo de beber. Estudios anteriores han sugerido que la edad a la que los niños comienzan a beber es un factor clave en si, eventualmente, desarrollan luego problemas relacionados con el alcohol, al igual que pelearse o tener problemas académicos o de trabajo.
Por lo que a menudo se ha asumido que beber a una edad temprana, en sí mismo, es "el" problema, explicó el autor principal del estudio, el doctor Emmanuel Kuntsche, del Instituto Suizo para la Prevención de Problemas de Alcohol y Drogas en Lausana.
"Nuestro trabajo muestra que "el efecto preventivo de comenzar a una edad más tardía es algo que probablemente- sea un efecto secundario de una buena relación establecida los padres y sus hijos", dijo Kuntsche. "En otras palabras, las circunstancias en que se produce ese primer contacto y como actúan los padres frente a ella es importante."
Para su estudio, Kuntsche y sus colegas encuestaron a 364 adolescentes tres veces, a lo largo de 24 meses. Y la conclusión es que una alta calidad en la relación paterna-filial, donde los adolescentes sienten que pueden hablar de sus problemas con sus padres y que sus padres respetan sus sentimientos es la mejor prevención.
Los resultados, Kuntsche y sus colegas, sugieren que tales relaciones entre padres e hijos puede "desencadenar un espiral de desarrollo saludable durante la adolescencia", que puede conducir a su vez- a un menor riesgo de problemas de alcohol.
"Los padres debemos recordar lo importantes que son ante sus hijos a la hora de evaluar y analizar el riesgo de abuso de sustancias. Deben estar atentos a las necesidades de sus hijos, en general, y eso puede ser una manera de protegerlos de desarrollar problemas con el alcohol”, concluyó.
Fuente: Neomundo