El taxista levanta un pasajero en Ovidio Lagos y Pellegrini. En realidad, es el joven quien aprovecha un semáforo en rojo para lanzarse al coche. “Vamos para Rivarola y Circunvalación”, dice. Son las 2.20 de la madrugada del sábado y el tachero palmea la pierna de su acompañante. “Vos querías ver cómo es el laburo de noche. Ahora lo vas a ver”, le advierte al periodista de Rosario3.com, y enseguida aclara: “A él lo llevo para que hagas la nota, sino no”. Los peligros del viaje se harán realidad, aunque no precisamente a causa de una agresión de algún grupito de pibes pasados de alcohol.