Una grabación compromete por maltratos a un jardín de infantes de San Isidro. Los padres exigieron el cierre de la institución que luego de la denuncia se comprobó que no estaba habilitado para funcionar.

Se trata del jardín maternal Tribilín de San Isidro. Según una grabación a la que pudieron acceder los padres, los docentes a cargo de los niños los insultaban e incluso usaban la fuerza y los golpes "para calmarlos". El abogado del establecimiento –al que concurrían 40 menores de entre 45 días a tres años– desestimó las acusaciones. Sin embargo, el jardín no contaba con habilitación para funcionar desde 1996. Este lunes, padres, tíos y abuelos se agolparon en las puertas de Tribilín para exigir el cierre.

Una grabación de casi cinco horas de duración confirmó los miedos de los padres: en el material, ahora en poder de la Fiscalía de San Isidro, se oye cómo una mujer le grita órdenes a los pequeños de modo violento. El audio fue conseguido gracias a que un padre escondió un dispositivo en la mochila de su hijo que logró tomar todos los sonidos ambiente del lugar, incluídos las agresiones verbales de la maestra.

A las escuchas, se sumaron los testimonios de los mismos padres quienes desde hace tiempo evidenciaban en sus chicos comportamientos extraños. Emiliano, por ejemplo, contó a Clarín que "cada vez que pasaba a buscar a su bebé de tres años lo hallaba entredormido, como si le hubieran dado algún relajante". En tanto, otra mujer manifestó al mismo diario que "la colita de su nieto estaba siempre escarada porque no les cambiaban los pañales". Otra mamá, aseguró que “para calmarlos, les ponían la cabeza debajo del agua ó les tiraban soda, por eso los chicos después no querían que los bañaran en su casa”.

No obstante, para el letrado a cargo del instituto, Hernán Siera, son todas “exageraciones” y argumentó que aún no se comprobó si las voces que aparecen en la grabación son del personal de la guardería. “En caso de que así lo sea, sólo se advierte un léxico inapropiado hacia los chicos”, indicó a la vez que apuntó que ninguno de los pequeños tenía lesiones. Por último, desmintió que el jardín no tuviera la habilitación correspondiente.