Desde aquel momento hasta entonces hubo una serie de acusaciones y desencuentros entre el propio jugador, el técnico Carlos Ischia y fundamentalmente el presidente Pablo Scarabino que terminaron en lo que parecía el alejamiento definitivo del jugador. Hubo muchas versiones al respecto, pero lo concreto es que quien quería al jugador fuera de la institución era el mandamás.
Con los últimos hechos, el retorno del jugador no sería improbable, ya que Ischia siempre lo consideró una pieza clave por lo que aporta tanto dentro como fuera de la cancha. Además, el propio González en más de una oportunidad demostró su intención de permanecer en la entidad.
El último sábado sufrió desde la platea como cualquier hincha de Rosario Central. En el próximo partido en el Gigante, ¿seguirá viendo la realidad de su querido Central desde la butaca o intentará mejorarla desde adentro?