Según se informó oficialmente, cerca de 10.000 casas se han derrumbado y miles de vecinos pasaban la noche al aire libre por temor a nuevos seísmos, mientras que las fuertes lluvias complicaban la situación de los afectados.
"Hemos aconsejado a la gente que se traslade a casa de amigos y familiares" en caso de que sus domicilios hayan resultado dañados, dijo el premier Silvio Berlusconi, que declaró la emergencia. Aunque dijo que habían "previsto llevar a personas a hoteles de la costa, donde hay disponibles 5.000 habitaciones y por tanto, entre 15 y 20.000 camas".
Las tareas de rescate se han visto además entorpecidas por una lluvia persistente que ha obligado a muchos evacuados a resguardarse en sus coches o en las tiendas de campaña que se han instalado en dos centros deportivos.
Según pudo observar la agencia Efe en L´Aquila los miles de personas que han sido evacuados permanecen llenos de inquietud ya que continúan registrándose pequeños movimientos telúricos, mientras permanecen en las calles bajo una lluvia permanente.
Asimismo su situación es también crítica dado que hay escasez de camas, aunque se ha dado prioridad de alojamiento a niños y ancianos.