Guillermo Ghergo / Lisandro Machaín




La suerte de los videoclubes está necesariamente atada a las costumbres de las personas que consumen películas, que a su vez se mueven según los vaivenes del mercado tecnológico y sus aparatos reproductores. El DVD le dio un golpe mortal a la videocasetera y, aunque gradualmente hizo repuntar a los comercios de alquiler de películas, también posibilitó las copias piratas. Un poco más tarde, la extensión de la banda ancha habilitó el intercambio de video entre usuarios de internet y alejó a varios clientes de los stands habituales. El reciente cierre de sitios webs dedicados a almacenar y reproducir films online hizo que varios vuelvan a alquilar y esogeneró expectativas entre los dueños de videoclubes locales.

Según estimaciones de la Cámara de Videoclubes, de los 300 comercios del rubro que había en los momentos de mayor actividad hoy no quedan más de 50 en Rosario. La Dirección de Habilitaciones del municipio tuvo un pico máximo de permisos para apertura de locales en 2005 cuando se hicieron 26 trámites para poner locales de alquiler de películas. El año pasado, fueron sólo cinco habilitaciones y en todos los casos el negocio abre como minimarket o bar americano, con el video como anexo.

“Los videoclubes vienen cerrando desde 2007. Se puede sostener el que tienen una clientela creada desde hace muchos años y son muy pocos los videos nuevos que se abrieron en el último tiempo”, reconoció a Rosario3.com Alejandro Botbol, titular de Alternativa e integrante de la comisión directiva de la Cámara Argentina de Videoclubes.

En general, los dueños de videoclubes apuntan a la piratería física y a las descargas por internet como los principales enemigos del rubro aunque también reconocen que hay otros hechos que les quitan clientes como el futbol televisado y el aumento de ofertas recreativas en la ciudad. Para subsistir apuestan a la atención personalizada y a promociones que se renuevan mensualmente.