Suele ocurrir que cuando un cabaret o whiskería se cierran aparecen algunas voces que se oponen a la medida. Entre ellas, las de las trabajadoras sexuales que temen quedarse sin su fuente de ingreso. La situación no es fácil de desentrañar y entonces surge el debate: de un lado, quienes consideran que ninguna mujer nació para esto, y del otro, los que sostienen que la prostitución es un tipo de trabajo.