Dafne Schilling es actriz y bailarina y creadora del método Intención en movimiento, un método que busca conectar a las personas con sus emociones. En sus libros, prácticas y talleres fusionar “el poder del movimiento con propuestas de autodescubrimiento”.

Autora de Doce estaciones del alma y Despertá tu magia, editó este año La ruta del deseo (Penguin Random House). En la contratapa, la también influencer (tiene 167 seguidores solo en Instagram) avisa que el libro “es una invitación a reflexionar acerca del proceso que se transita cuando se busca conquistar aquello que se desea”.

“Es un libro que funciona, al igual que los anteriores, como un oráculo: podés abrirlo en cualquier página y te va a tirar una información que te va a venir bien en ese momento. Es un libro que le habla especialmente a quienes están esperando que se cumplan sus deseos. Y, como me dijeron muchos lectores, también es un libro esperanzador”, reseña Schilling en diálogo con Rosario3.

El ejemplar desanda el proceso a través del cual la autora decidió ser madre: desde las “primeras preguntas” hasta la llegada de su hijo, y cómo todo ese tiempo de búsqueda "fue pasando por un montón de emociones: ansiedad, frustración, alegría, el amor incondicional, el perdón”.

Lo que más nos cuesta aceptar, como seres humanos, es creer que tenemos el control sobre muchas cosas, pero siempre la vida se encarga de mostrarnos que no

“A la larga, lo que importa en todos los procesos que encaramos en nuestra vida personal es la presencia”, señala la entrevistada.

–¿Qué es la “intención en movimiento”?
—Es un método que creé que fusiona el poder de la danza, de la meditación y del yoga, pero sobre todo, de la expresión corporal con el desarrollo personal. Es un espacio para mover, bailar y conectar con nuestras emociones, con nosotros mismos y también con el poder de la tribu. Siempre trabajar en vínculo con otra persona para mí es mucho más poderoso. Es muy hermoso lo que se genera en estos espacios libres de juicio y abiertos para cualquier persona, sin necesidad de tener experiencia propia.

—En el libro, intercalás los conceptos (o ideas) con relatos de viaje y personales. ¿Por qué lo pensaste así?
—Todos mis libros, tanto Dos estaciones del alma como Despertar tu magia y La ruta del deseo siempre están pensados para compartir el conocimiento a través de mi propia experiencia. Nos podemos relacionar con los conceptos que están vinculados con temas del alma que, generalmente, son un poco etéreos o intangibles. Cuando los llevamos a ejemplos o acontecimientos más claros de la vida de cualquier ser humano, las personas nos podemos sentir más conectadas con el relato, podemos comprender un poco mejor los procesos y, también, llevar a nuestro día a día estos conceptos que suenan como muy “espirituales” (sic) y no sabemos bien cómo concretarlos.

—¿Cómo definirías al deseo?
—Es una palabra muy amplia. Creo que tiene muchos significados, pero a mi modo de ver, el deseo es aquello que mueve la intención, es el punto desde donde nace toda la existencia y desde donde sucede todo cambio y toda acción. En este caso, en el libro hablo sobre aquellos deseos personales que tenemos que, a veces, entre que ese deseo nace y sucede, o no, se genera un puente donde se despiertan un montón de emociones que pueden ser difíciles de afrontar. Esto ocurre porque aparecen la ansiedad o la frustración. Por eso, “la ruta del deseo” es un camino de búsqueda, entrega, milagro y presencia.

—En esos cuatro estados, no hay tiempo cronológico sino procesos. ¿Cómo manejamos la ansiedad?
—La ansiedad es casi un estado del ser humano en estos en estos tiempos, ¿no? Y creo que todos, en mayor o menor medida, la sentimos porque vivimos en sociedad. Cuando las cosas se están dando de otra forma, que no es en los tiempos que a nosotros nos gustaría, aparece la ansiedad, llega y se instala en nuestro cerebro. Es como algo que nos va persiguiendo. Bueno, básicamente el contenido del libro habla de cómo lidiar con esa ansiedad. Por eso, el último capítulo tiene que ver con la importancia de cultivar la presencia y otros estados, como la entrega, soltar la resistencia y la aceptación. 

—Es cuestión de método…
—Creo que lo que más nos cuesta aceptar, como seres humanos, es creer que tenemos el control sobre muchas cosas, pero siempre la vida se encarga de mostrarnos que no. Ahí es donde nos toca encarar este proceso de entrega. Personalmente, la meditación, el movimiento, el baile y la expresión (corporal) son medios que me alivian los estados de ansiedad. Hay personas que quizás lo encuentran cocinando o jugando al fútbol con sus amigos. Creo que los seres humanos tenemos que  poder tomar esas herramientas para los momentos de búsqueda para que la ruta no sea tan difícil.

El deseo es lo que mueve la intención

—¿Cómo puede colaborar el libro en ese camino?
—Todo mis libros alojan mis historias personales porque es mi forma de de comunicar el conocimiento que traigo, que está influenciado por el budismo, la psicología... Los voy alojando en anécdotas, en ejemplos, para que todo lector se pueda sentir comprendido. Me refiero a que aparezca esa empatía que sucede cuando leemos algo que nos que parece que está escrito para nosotros. Eso es lo que recibo como feedback: gente que se siente muy identificada por cómo redacto estos conceptos espirituales con una bajada más terrenal y no desde un punto de vista elevado. Es llevar la espiritualidad a lo cotidiano.

Este sábado a las 10, en el Galpón 11 (Estévez Boero 980), Dafne Schilling lleva adelante una presentación práctica y ritual de La ruta del deseo. La actividad es paga y las entradas pueden adquirirse a través del sistema eventbrite.