Belén, la última creación cinematográfica de Dolores Fonzi, fue elegida por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina como la candidata nacional para competir en la categoría de Mejor Película Internacional en los Premios Oscar 2026 y para los premios Goya que se entregan en España. La película que se estrenó la semana pasada en cines, está basada en el libro Somos Belén, de Ana Correa.
Protagonizada por la misma Fonzi, Camila Pláate, Laura Paredes y Julieta Cardinali, el film recrea la historia de Soledad Deza, una abogada que toma el caso de una joven de Tucumán que en 2014 acude a un centro sanitario con un fuerte dolor abdominal sin saber que está embarazada.
En el mismo hospital tiene un aborto y empieza su calvario, que terminará con una condena a 8 años de prisión por homicidio agravado. A fin de no identificarla, comienzan a llamarla Belén.
El libro Somos Belén salió a la luz en 2020 y por entonces, la periodista Maricel Bargeri entrevistó a su escritora, Ana Correa, para Rosario3. “Somos Belén es la historia de una gran injusticia que se da vuelta cuando Soledad Deza, una abogada tucumana feminista, convoca al movimiento de mujeres y empieza a trabajar para su liberación”, sostuvo durante la conversación.
Y continúa: “Se trata de una injusticia que no está resuelta porque todavía hay muchas «Belén» en la Argentina y muchas niñas madre que necesitan que se respeten sus derechos”.
El caso Belen
A los 25 años, Belén tuvo que ser internada el 21 de marzo de 2014 en el Hospital Avellaneda de San Miguel de Tucumán con dolores abdominales. El diagnóstico inicial de los médicos fue que había sufrido un aborto espontáneo y la denunciaron penalmente.
Fue presa sin una defensa sólida y sometida a un proceso judicial plagado de irregularidades, falta de pruebas y prejuicios de género. Fue condenada en 2016 a ocho años de prisión por “homicidio agravado por el vínculo”, a pesar de no existir evidencia científica que probara su intención de interrumpir el embarazo.
Belén pasó 29 meses privada de su libertad, un caso que se convirtió en un grito de alerta y una bandera para el movimiento feminista en toda Argentina luego de que la abogada Soledad Deza tomara su caso.
El caso desató una masiva movilización nacional e internacional bajo la consigna "Libertad para Belén". Esta presión social y la evidencia de las arbitrariedades en el proceso judicial lograron que en 2017 la Corte Suprema de Justicia de Tucumán anulara la condena y dictara la absolución definitiva.
La lucha de Belén se convirtió en uno de los hitos que impulsó la Marea Verde y que visibilizó la criminalización de las emergencias obstétricas en un contexto de desigualdad social y de género.
Carta de Belén
Mientras Belén estaba presa, escribió una carta que fue leída en medios de comunicación y multiplicada en grupos y foros.
“Hola a todas las mujeres luchadoras y a toda la gente que me acompaña en este momento.
Quiero expresarles mi agradecimiento por hacer que mi lucha sea de todas ustedes. Gracias por defenderme, por hacer que mi voz y mi verdad se escuche.
Yo estuve callada durante dos años. No me animaba a hablar. Tenía miedo. Me habían dicho que me darían perpetua. Me condenaron solo por dichos, por ser humilde, por ir al hospital, por no tener plata para ir a una clínica y pagar una buena defensa.
Desde el 21 de marzo de 2014 que no vuelvo a mi casa, que no veo a mi familia, me privaron de muchas cosas. Solo quería que me ayudaran y terminé presa, rodeada de policías y dedos acusadores. 2 años y tres meses lejos de mi casa, ¡me arrebataron mi vida!
¿Nadie se preguntó cómo me sentía yo esa noche? Me acusaban y me preguntaban si yo me había hecho un aborto. A mi mamá también la trataron mal. A nadie le importé yo. Es una ignorante, no sabe nada dijeron seguro y me condenaron junto con la policía. Después también me condenó la Justicia aunque yo les dije que no hice nada, que no maté a nadie. Yo ni sabía que estaba embarazada. Lloro por la injusticia que vivo. Pero estoy tranquila, sé que habrá justicia para mi. Ahora estoy más fuerte, más tranquila.
Jamás le hice daño a nadie, jamás robé, jamás maté, no consumo drogas. Soy una mujer que toda su vida trabajó. Siempre hice las cosas que debía hacer.
Estoy eternamente agradecida con todos los que me están ayudando a que mi voz se escuche. Desde este lugar les mando abrazos y mis saludos. Me da mucha alegría que no estoy sola.
Gracias y mil gracias para todas las mujeres. Luchemos entre todas y que se nos escuche para que no haya más mujeres presas por aborto. Ahora su lucha también es mi lucha.
Saludos y mis afectos para ustedes. Belén”.