Este sábado de 17 a 23, en la explanada del Museo Macro (bulevar Oroño y el río), el colectivo contracultural rosarino Planeta X celebra 30 años de autogestión y horizontalidad con la fiesta Planeta Público Bailable. La entrada es libre y a voluntad.
El lineup del encuentro estará integrado las y los artistas del sello Planeta X Matilda, Juani Favre (junto a Nata Rangone y Elis Rangone), Sinapsis, Oscar Favre, Andrés Mantello, y el colectivo de DJs Emi Boero, Marita Cutx, Charly Egg, Henry, Franco Ingrassia y Lukas.
“Es un evento en el que vamos a participar todos los integrantes y los amigos de Planeta X”, adelantó Juan Manuel Godoy, integrante del colectivo y mitad creativa del dúo electropop Matilda, a Rosario3.
“Siempre estamos planificando algo nuevo, en la medida en que los tiempos lo permiten. Hoy tenemos familias y trabajos, pero el amor por la música y las ganas de seguir haciendo cosas juntos no cesa”, continúo el músico sobre el proyecto artístico, cultural y sello discográfico independiente surgido en Rosario a mediados de 1995.
Autogestión, horizontalidad y “una fuerte ética política aplicada a la cultura” son, desde el inicio, los ejes que orientaron el trabajo. Si bien en un comienzo Planeta X fue una revista, en breve se transformó “en un espacio asambleario que priorizó el trabajo afectivo sobre la lógica de mercado”.
Esa “misión” de crear circuitos autónomos de producción cumple 30 años. En ese plazo, el sello Planeta X Discos publicó más de 120 grabaciones de géneros musicales diversos (desde electrónica experimental y post-rock hasta cantautores). Además, fue pionero en Argentina en ofrecer su catálogo para descarga gratuita.
El lanzamiento más reciente fue el disco Las Flores Digitales, de Andrés Mantello. Y el próximo: Cromatista, el proyecto del guitarrista Jorge Capriotti (Aguas Tónicas), que se conocerá la semana entrante, adelantó quien también es conocido como DJ Checho.
—¿Qué balance hacen de estos 30 años de Planeta X?
—Lo que más cuenta es el presente. Hoy, más allá de las cosas logradas, de las ediciones, de los eventos, de todo lo realizado, lo que más valoro es que seguimos conectados como amigos y como familia. Seguimos colaborando en lo que hacemos de manera individual o en una banda, y también nos reunimos en varios eventos al año. Valoro que, más allá de la música y del proyecto cultural, 30 años después sigue habiendo amor y cariño entre todos. Esto no es casualidad: desde el inicio, Planeta X busca apuntalar esos valores, como la idea de la hermandad, de lo colectivo, de la horizontalidad. Entonces, creo que fue un ejercicio que dio sus frutos y esos frutos son el presente que nos encuentra todavía juntos haciendo cosas.
—El colectivo surgió en el inicio de la expansión de internet, pero con la hiperconectividad muy lejos, más como una promesa y sin el protagonismo de las redes sociales. ¿Cómo ven este presente?
—El colectivo surgió en 1995, en una era analógica. De hecho, el inicio del proyecto fue una revista con textos literarios y políticos. Creo que, cuando internet comienza a popularizarse, fue una aliada. En ese momento, supimos utilizarla para difundir nuestra música. Planeta X fue uno de los primeros sellos argentinos que, en 2003 o 2004, puso a disposición gratuita su catálogo en internet. La gente podía descargarse los discos en mp3. Los alojábamos en un sitio web que todavía existe y se llama archive.org. No había Spotify, YouTube ni nada de eso. Entonces, las empresas estaban tratando de ver de qué se trataba todo esto. A nosotros, como grupo y sello independiente, se nos abrió una ventana para hacer circular nuestra música y conectarnos con otras ciudades. Siempre hemos tratado de utilizar las tecnologías como aliadas.
"Lo que sucede hoy –continuó Checho– es que internet ya no es lo que era: un lugar bastante libre y anárquico. Podríamos decir que está encorsetada. Hay poco margen para destacarse sin poner dinero. Tampoco se puede estar por fuera o aislado. Por eso hacemos este tipo de eventos, como Planeta Público Bailable. Apelamos a encontrarnos por fuera de la red, en un espacio físico, a bailar, charlar frente a frente y a compartir un momento juntos para que podamos seguir sosteniendo las mismas ideas que teníamos cuando arrancamos, que son lo colectivo, la horizontalidad, el afecto, el trabajo afectivo, el baile, la música.
—¿Cómo sostienen la autogestión y la ética política aplicada a la cultura planteadas desde el inicio?
—Creo que hacer proyectos que tengan que ver con lo cooperativo o con lo colectivo son posibles. Por ahí, la gente los ve como algo utópico. Yo creo que no. Planeta X es un ejemplo bien práctico de un proyecto cultural que, además, en algún momento, empieza a ser rentable para sus integrantes. Me refiero a un proyecto cultural que se vuelve una plataforma para muchos artistas y que está hecho sin aporte del Estado o de ninguna empresa, simplemente con el trabajo de un grupo de personas con ganas de hacer cosas y bien organizado. Pasa que es una forma de trabajar que tiene menos difusión o que, quizás, en estos tiempos, es vapuleada. Pareciera que hay que ganar dinero para “ser exitoso”, entre comillas. Hoy, 30 años después, Planeta X sigue activo y con un vínculo afectivo.
Para conocer más sobre Planeta X y escuchar a sus artistas podés acceder a su web (planetax.org.ar) y a través de las redes sociales del colectivo.