La reciente vuelta de Erreway a los escenarios en Buenos Aires despertó un fervor inesperado entre sus seguidores, que celebraron con emoción este reencuentro después de tantos años. Incluso, en su última presentación, la banda confirmó que regresará a Rosario. Sin embargo, la euforia no tardó en mezclarse con controversias y especulaciones que muy rápido explotaron en redes sociales. Esta vez, las miradas no se centraron ni en los hits ni en la química entre los protagonistas, sino en Martina Sánchez Acosta, esposa de Benjamín Rojas, quien se convirtió en blanco de críticas y ataques en Instagram.
Todo empezó con un video que circuló en redes, editado por Martina y pensado como homenaje a la gira de la banda. Allí, muchos fans notaron la ausencia de Camila Bordonaba, figura clave de la serie y del grupo junto a Rojas y Felipe Colombo. La omisión encendió sospechas: algunos acusaron a la pareja del actor de haber “borrado” intencionalmente a Bordonaba, reviviendo antiguos rumores de romance juvenil entre los dos protagonistas.
Ante la avalancha de comentarios negativos, Sánchez Acosta salió a defenderse en sus historias, en la red social de la camarita: “Dicen que eliminé a Cami, pero no borré a nadie. Usé las imágenes que me pasaron ese día. Ni siquiera aparezco yo. Al principio quise borrar los mensajes, pero son tantos que no puedo perder el tiempo en eso”, expresó.
“No saben que en esta familia queremos muchísimo a Cami. Lo que sí saben es herir. Y lo logran con lo que escriben. Yo no vengo del mundo del espectáculo”, siguió.
En su descargo, tambiñen dijo: “Tengo una pastelería, hago tortas. Nada que ver con el imaginario colectivo de una novela que confunde ficción con realidad. Amo a mi pareja, que justo es un ídolo mundial, y sí, él disfruta de lo que preparo, como todo el equipo de Erreway”.
“Ah, y por si les interesa, a Cami le encantó el Key lime pie. Se los digo por si quieren regalarle uno. Me pone triste todo esto, aflojen un poco”, cerró, con un tono irónico.
Aunque luego eliminó sus publicaciones, las capturas siguieron circulando y amplificaron la polémica.