Las historias detrás de las lápidas. La construcción de un presente terrenal y sus ausencias. Una invitación a cuestionar y a revisar, pero ¿hay una respuesta para todo?

Con el objetivo de reflexionar sobre la cultura, la historia y el patrimonio del cementerio La Piedad desde la perspectiva de género, el último sábado se desarrolló un recorrido guiado por el predio de la zona oeste de Rosario.

La visita al camposanto estuvo a cargo de Lilian Diodati, quien es parte de la Secretaría de Género y Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario.

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“Un recorrido que va más allá de personajes y nombres propios para articular los conceptos de altruismo, amor y erotismo”, advirtió Diodati al comienzo de la visita.

“Vinimos a pensar en cómo una categoría y una conceptualización nos sirven como herramienta para analizar el mundo que nos rodea. Y  este mundo tiene relación con la muerte y con los cementerios”, continuó.

Para hablar de “altruismo”, la referencia fue la historia de la hermana Josefa Rosello y la congregación Misericordia.

¿Cómo pensar el altruismo con perspectiva de género? Piedad. Devoción. Mujeres al servicio del otro. Y por supuesto, de Dios. 

“La construcción del rol de la mujer cuidadora en todos los ámbitos. La entrega de cuerpo y alma en pos del beneficio de los demás”, describió Lilian al respecto.

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La mirada de género permite interrogar roles que se tienen completamente naturalizados. En ese sentido, cómo se ha considerado a lo largo de la historia al cuidado como una tarea inherente a la condición femenina.

En torno al concepto de “amor” se plantearon varios interrogantes que sirvieron de disparadores para reflexionar sobre su construcción según el contexto y de qué manera la perspectiva de género permite desglosar esos desarrollos.

Para eso, Diodati aludió a la idea de “familia como célula básica de la sociedad”: “El amor romántico entre un hombre y una mujer cohesiona la idea de familia porque sólo de esa manera se garantiza la reproducción dentro de determinados cánones”.

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Para profundizar sobre la significación de este segundo eje, el recorrido incluyó la visita a la tumba del poeta y dramaturgo Vicente Medina, quien a través de sus escritos manifestó el dolor, el romanticismo y el concepto de feminidad después del fallecimiento de su primera esposa, Josefina.

Para completar la trilogía conceptual que motivó el evento, Lilian preguntó: “¿Cómo enmarcamos al erotismo en un espacio tan particular como es un cementerio?”.

Fue entonces que el recorrido recaló en la tumba de Juana González, mejor conocida como Rita la Salvaje. La bailarina emblemática que falleció en 2016 y cuyos restos yacen en el sector más humilde de La Piedad.

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“Una mujer imponente, con un manejo del cuerpo y una elección de su sexualidad que en aquel momento la ubicaron fuera de la norma patriarcal”, describió la también coautora del libro La oportunidad de educar con inclusión (Homo Sapiens), junto a Andrea Travaini y Elena Barbieri.

Rita fue la protagonista de una vida que estuvo bajo la lupa hegemónica. A partir de su historia, se estableció un diálogo entre las personas presentes sobre cómo la mirada puesta en los cuerpos de las mujeres y su cosificación se canaliza bajo el erotismo.