A los 100 años, murió Horacio Salgán, pianista, compositor y director de orquesta argentino, considerado uno de los máximos referentes del tango y uno de los iniciadores del llamado "tango de vanguardia". La noticia fue confirmada por la Academia Nacional del Tango.
Entre los hitos musicales en la carrera de Horacio Adolfo Salgán se cuentan el dúo que conformó con el guitarrista Ubaldo de Lío y el Quinteto Real, que ambos formaron en la década de 1960 junto a otras grandes figuras del tango, como Enrique Mario Francini (violín), Pedro Laurenz (bandoneón) y Rafael Ferro (contrabajo).
En 2005 recibió el Premio Konex de Brillante, máximo reconocimiento de la Fundación Konex, por su lugar en la Música Popular.
"A fuego lento" fue una de sus grandes composiciones. La pieza –que expresa eñ estilo Salgán– está inspirada en sus noches como oyente de ópera en el teatro Colón en las que Rossini le sugirió el ostinato tanguero (una secuencia de notas que se repiten en el compás, al modo de una técnica de composición) que convirtió en una marca de identidad.
Salgán es también autor de tangos emblemáticos como “Don Agustín Bardi”, y creador de un estilo personal que causó admiración en artistas de la talla de Daniel Barenboim, Arthur Rubinstein e Igor Stravinsky.
Había cumplido 100 años el pasado 15 de junio, lo que había motivado los más diversos homenajes en distintos ámbitos de la cultura.
Los comienzos
Horacio Adolfo Salgán nació en 1916 cerca del Mercado del Abasto, en Buenos Aires. Su padre, músico intuitivo, tocaba el ṕiano y la guitarra y él comenzó a estudiar a los 6 años y a los 13 era el mejor alumno del Conservatorio Municipal, donde estudió, sobre todo, los músicos clásicos con carta de ciudadanía romántica.
De niño tocaba el piano como número vivo en las películas mudas y a los 18 se incorporó a Radio Belgrano. También fue parte de los elencos musicales de Excelsior, Prieto, El Mundo y Stentor.
Su ingreso a la primera liga del tango fue a los 20, a instancias del director Roberto Firpo, que lo sumó a su orquesta. Poco después se convirtió en arreglador de la orquesta de Miguel Caló. Su primer encargo fue para hacer una versión de “Los indios”, de Francisco Canaro.
En 1944 fundó su propia orquesta (cuatro bandoneones, cuatro violines, viola, cello, contrabajo y piano). Por entonces Astor Piazzolla, que trabajaba con la orquesta de Aníbal Troilo, se escapaba en los intervalos para escuchar la orquesta de Salgán, que tocaba en otro bar cruzando la calle.
La experiencia de la orquesta duró apenas tres años. Se recluyó en el estudio y la enseñanza hasta que reapareció en 1950, con otra formación, y en 1957 conoció al guitarrista Ubaldo de Lío. Con él conformó el Quinteto Real, con sus distintos cambios de formación.
Salgán también apuntaló a cantores como Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche; y realizó una tarea inmensa como “arreglador”, aunque rechazaba esa palabra, que sugería que había algo roto en las partituras originales.
Entre su legado dejó un libro, “Curso de Tango”, publicado por primera vez en 1991, y que es acaso el primer material de género escrito con una perspectiva técnica. No tiene un afán integral del lenguaje del tango sino más bien es un registro de su estilo, de las increíbles precisiones de su escritura.
Hace poco, en diálogo con Télam, repitió: “Mi máxima ambición, y lo fue desde niño y también lo es hasta hoy, es aprender a tocar el piano, lo mejor posible. Y así sigo: porque me retiré de las actividades públicas, no de la música”.
El estilo Salgán
Los modelos de acompañamiento y las formas de acentuación son los rasgos determinantes de los estilos en el tango. Horacio Salgán, tradicionalmente señalado como un modernista, un continuador de la escuela decareana (por Julio De Caro), consagró una estructura rítmica vulgarmente conocida como "umpa umpa" en el ambiente de los músicos.
El "umpa umpa" es una forma de la polirritmia (que en la orquesta de Salgán se produce normalmente cuando se ejecutan en el bandoneón y piano diferentes patrones de golpe) que impuso el Quinteto Real y que debe su nombre a la onomatopeya de su estructura rítmica.
"Su nombre se deriva de la onomatopeya sugerida por el ritmo entre los tiempos 2 y 3 del compás. El tiempo 4 se arrastra hacia el 1, casi exageradamente. Brinda una agilidad y vivacidad rítmica", escribe Hernán Possetti en su libro "Piano en el tango".
En el Quinteto Real como en la Orquesta de Salgán, al tocar el "umpa-umpa" la guitarra toca los característicos contratiempos usando acordes asordinados, mientras que el contrabajo se ejecuta, en el segundo y tercer tiempo, con 'pizzicato' y el primero y el cuarto con arco.
A partir del sexteto de Julio De Caro, los diferentes maestros del tango fueron desarrollando diferentes modos de acompañar y acentuar, alterando la dinámica musical del tango. El tango "A fuego lento" (1953), acaso el más difundido de Salgán, expresa la rítmica característica de su orquesta.