El último sábado, el Museo Castagnino + Macro (Av. Pellegrini Bv. Oroño ) inauguró dos nuevas muestras: Juan B. Castagnino. El coleccionista ejemplar, y Estado harapito, integrada por obras de Claudia del Río.
Ambas exhibiciones se inscriben en las celebraciones por los 300 años de la ciudad de Rosario y pueden recorrerse con entrada gratuita.
Juan B. Castagnino. El coleccionista ejemplar reúne un conjunto de obras de la colección histórica del Museo Castagnino + Macro y del Museo Julio Marc, más piezas pertenecientes a colecciones privadas nunca antes expuesta.
La muestra puede visitarse hasta el 1º de marzo de 2026.
Estado harapito es la segunda exhibición antológica de Claudia Del Rio (Rosario, 1957) en el Museo Castagnino, y reúne una selección de sus proyectos, obras y archivos desde su momento formativo en los años setenta, hasta trabajos actuales y realizados para esta ocasión.
La misma puede visitarse hasta el 23 de noviembre de 2025.
Arte para la ciudad
La historia del arte siempre ha soslayado la actuación de los intermediarios integrada a la producción, legitimación e institucionalización de las prácticas artísticas. Juan B. Castagnino (1884-1925) fue uno de estos agentes.
A pesar de formar parte de una clase social nada interesada en el patrocinio cultural, se convirtió en el mayor gestor de la formación de un campo artístico para Rosario.
Con sólo 23 años, Castagnino inició una colección de arte europeo antiguo que, con el correr de los años, llegó a constituirse en una de las más prestigiosas de la Argentina.
Fue conformada mediante prácticas profesionales inéditas que lo destacaron como uno de los más especializados coleccionistas de Sudamérica.
Desde la década de 1910 lideró la institucionalización del arte en la ciudad con la organización de un salón anual, la creación de la Comisión Municipal de Bellas Artes y la fundación de un museo.
Estado harapito, la exhibición antológica de Claudia del Rio (Rosario, 1957), presenta tres momentos, una visita al archivo para visualizar sistemas y métodos.
La exhibición ofrece la oportunidad de presentar acciones y materiales poco conocidos, una presentación exhaustiva de su persistencia en Coca Cola, del collage al cartel. Y, un último momento que contrasta sus trabajos recientes en fieltro con su constante museo clandestino.
Estado harapito insiste en la necesidad de los materiales, estado del arte y ladrillo comentario, andar en algo, coleccionar y deshacer.
La muestra presenta en paralelo un cuarto-gabinete, titulado Oficina CDR, en el Museo Macro, donde se historiza como la misma institución coleccionó, de diferentes modos, la obra de la artista.