Los convencionales Diego Giuliano (PJ) y Joaquín Blanco (PS), figuras clave en el proceso de reforma constitucional santafesina, brindan un balance que se aleja del debate público tradicional para analizar la esencia y el alcance de las transformaciones logradas. Ambos coinciden en un resultado positivo, señalando que la nueva Carta Magna es "profundamente social y democrática". Este logro, aseguran, disipó los temores iniciales sobre la posibilidad de una constitución con tintes "libertarios" o "de la motosierra".
Un punto de particular tensión y éxito, según los invitados, fue el capítulo judicial. Superando las presiones corporativas –coincidieron–, el consenso político logró establecer innovaciones significativas, como la autonomía del Ministerio Público y la transparencia del Poder Judicial, dotándolo de una naturaleza "terrenal". Además, la jerarquización de las autonomías municipales y la creación de un marco para las áreas metropolitanas es calificada como la "verdadera estrella" de la nueva Constitución. Los convencionales aseguraron que esta innovación es crucial para fortalecer la iniciativa local y abordar problemas comunes como el transporte y los residuos.
El desafío ahora, explicaron, reside en la implementación. Ambos convencionales señalaron la necesidad de aprobar leyes clave, como una nueva ley de coparticipación provincial, que asegure a los municipios los recursos necesarios para ejercer sus nuevas facultades de manera efectiva. Esta es una conversación fundamental que definirá el futuro de Santa Fe.
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