Una joven oriunda de la localidad bonaerense de San Nicolás vivió una verdadera pesadilla en manos de su reciente esposo, también nicoleño, que intentó matarla a puñaladas en la región de Trento, Italia, donde la pareja había emigrado en búsqueda de oportunidades laborales. La agresión tuvo lugar en un hotel de los Alpes, en el norte del país europeo, donde la muchacha trabajaba temporalmente.

Medios bonaerenses indicaron que Paola Espíndola desempeñaba tareas en el hotel Carlo Magno, ubicado en una estación de esquí en la provincia de Trento, donde el 10 de diciembre se llegó a arrojar desde un tercer piso buscando poner distancia de la agresión de Alejo Grisetti, quien la atacó repetidas veces con un elemento cortante, provocándole graves heridas.

Grisetti, el agresor, en una foto de 2018.

La joven, de 24 años, debió ser trasladada en helicóptero y llevada de urgencia al hospital Santa Chiara, donde fue intervenida quirúrgicamente y, conforme a los testimonios de sus allegados, ya está fuera de peligro y se recupera de manera satisfactoria, aunque debería ser nuevamente operada.

Según se desprende de testimonio de allegados, la relación con su expareja estaba terminada. Se habían casado en Italia. Ante los repetidos episodios violentos, el joven Alejo Grisetti, quien también trabajaba en el mismo hotel, había sido trasladado a otra sede de la misma cadena, ubicada en Austria.

De acuerdo con la información publicada por el medio italiano Il T Quotidiano, el agresor fue detenido el 12 de diciembre, tras haber permanecido internado con heridas leves en el hospital Santa Chiara. La detención fue confirmada por el juez de instrucción Enrico Borrelli, quien señaló que el interrogatorio se realizará en los próximos días, una vez que el acusado se recupere físicamente.

La pareja, ya radicada en Italia.

Maira, una hermana de la víctima, relató este miércoles a Radio Net: “Ellos vinieron a probar suerte a Italia, se casaron, se mostraron felices. Estos días son terribles. Fui la primera que recibió la noticia. Me llamaron de Italia. Me dijeron que Alejo la había apuñalado y no se sabía si estaba muerta. Compré el pasaje y viajé sin decirle a nadie de mi familia, solo a una de mis hermanas. Tardé 38 horas hasta que pude ver a Pao. Ella me dijo que me estaba esperando”.

“En este momento la están operando en el quirófano. Gracias a Dios está fuera de peligro. Es un milagro lo que pasó con su vida. Los médicos no se explican. Tiene los dos pulmones pinchados, un riñón pinchado, pero funciona, una escápula quebrada que suelda sola. Le operaron la mano derecha; perdió la movilidad porque tiene una puñalada en un tendón. Todos los días es terrible porque vienen abogados y policías, la hacen declarar”, agregó.

“Es desgarrador lo que le hizo esta persona en 11 meses y ella no pudo escapar. Él tenía el control de su celular. Los mensajes eran de él, no de ella. Pao buscó salir de esa situación, pero vivían en un pueblo chiquito (Potenza). Cuando se mudaron a este lugar era su escapatoria, sabía que iba a poder pedir ayuda. El lunes fue feriado; él me llama y se muestra feliz con ella, pero yo sabía que algo pasaba”, contó.

“Pao pidió ayuda a la gente del hotel porque les dijo que él quería matarla. El hotel se comprometió a sacar a esa persona del lugar y trasladarlo a Austria. Quedaron en eso. Él estaba escondido cuando le hizo esto”, relató.

“Ellos llegaron al mismo hotel el 27 de noviembre. Les habían ofrecido comida, habitación y trabajo. Pao conoció a una chica de Rosario, que es cocinera del hotel, con su novio. A los dos días ella les contó lo que le pasaba”, dijo.

“Hace un año que salían. Siempre, en casa, él mostró otra cosa. Tuvieron una pelea simple. Nos enojamos con él, pidió perdón. Mi hermana lo perdonó. Pasaron unos meses hermosos, todos felices. Acá, en Italia, controló todo. Él tiene una tía viviendo en Italia. La convenció de que era buena idea venir acá. Vinieron el 28 de enero. A las dos semanas de llegar, él empezó con los golpes. Pao vivió un calvario de 11 meses”, confió la hermana de la víctima.

“Lo que pasó en el hotel es desgarrador. Pao hacía el desayuno cuando recibió la primera puñalada en el medio del pecho, otras en el brazo y la espalda. Sale corriendo, se tira por dos escaleras para poder zafar. Siempre estuvo consciente. Se acuerda de cada detalle. Él se autolesionó. Estuvo internado dos días. Está custodiado. Le dieron tres puntos en el abdomen. Está detenido. No está hospitalizado. La tía que vive acá se ofreció a colaborar. La mamá de él me escribió. Mi hermana llora todos los días y yo lloro con ella”, cerró la joven desde Italia.

En este contexto, la familia inició una colecta solidaria para afrontar los elevados costos del viaje y la estadía en Italia, así como los gastos médicos vinculados a la internación, las cirugías y la recuperación de la joven.

También buscan reunir fondos para el regreso de ambas a la Argentina. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo mediante transferencia bancaria al alias todos.por.pao, a nombre de Maira Espíndola.

Paola y su familia son personas de fe. Pertenecen a la comunidad evangélica de la Iglesia Gran Rey. La pastora Cristina Sabatini, en diálogo con Diario El Norte, relató: “Paola es una persona con muchas ganas de progresar, de salir adelante, es una joven de fe. Oriunda del barrio San Francisco, antes de irse a Italia concurría a nuestra iglesia junto a su familia. Paola está viva de milagro; lo que puedo decirles es que ella contó que, en cada puñalada que recibía, solo decía: «Dios, quiero vivir». Se aferró a la vida. Que esté viva es un milagro. Hoy necesita de nuestra ayuda para costear los gastos que demanda la estadía allí. Su hermana, que está con ella, tuvo que dejar su trabajo”, concluyó.