El caso Lucía Carpanetto, la joven de 21 años asesinada en diciembre de 2022 en la zona sur de Rosario, tuvo un avance importante esta semana. La víctima fue emboscada por un sicario que había pactado una cita con ella. El fiscal Alejandro Ferlazzo imputó a un recluso como instigador del femicidio y develó así una trama densa de criminalidad y violencia de género como trasfondo del crimen.
El lunes, el fiscal acusó al recluso Darío Varela, de 24 años, de haber ordenado la muerte de Lucía desde su lugar de detención, la cárcel de Piñero, por pedido de su hermana Ailén Varela, una mujer que fue allanada y detenida este martes.
Voceros judiciales indicaron que Carpanetto, una joven de clase media con problemas de consumo de drogas, se encontraba inmersa en un agrio conflicto con un exnovio llamado Ramiro, a quien había denunciado penalmente por abuso sexual y violencia de género.
Tras ese noviazgo tormentoso, Ramiro, hijo de un hombre condenado por narcotráfico, entabló una relación con Ailén Varela, integrante de una familia ligada al delito.
Esta mujer se involucró en la situación de discordia con la ex de su actual novio, al punto de pedirle a su hermano Darío que coordinara los medios para eliminar a la joven Lucía. El contacto, por supuesto, fue a través de celulares ingresados en forma ilegal al presidio, detalló el fiscal Ferlazzo.
Al momento de ordenar la muerte de Carpanetto, Darío Varela se encontraba preso por causas de robo calificado y encubrimiento, según pudo averiguar este diario. Además, algunos de sus familiares directos estuvieron involucrados en causas resonantes de las páginas policiales.
Por caso, su padre, Rodrigo Ramón Varela, fue condenado a prisión perpetua junto a otras tres personas por el asesinato de Carlos Argüelles, el mecánico que declaró como arrepentido en la causa seguida al capo narco Esteban Alvarado.
Uno de sus hermanos, Derian Varela, fue muerto a tiros a los 14 años, en septiembre de 2022. Las investigaciones detectaron que este adolescente oficiaba de sicario al servicio de una banda precaria del crimen organizado que tenía como enemigos a otros referentes del delito juvenil local, como Luciano “Lucho” Cantero y el hijo de César “Manco” García, señalado como un capanga delictivo en barrio Plata.
En la causa que investigó la muerte de Lucía Carpanetto, los peritajes a celulares detectaron que la joven había realizado comentarios sobre el asesinato de Derian que enfurecieron a Ailén Varela, hermana del adolescente asesinado.
Lucía, indicaron fuentes judiciales, se encontraba en una situación de “vulnerabilidad estructural”, no solo por atravesar problemas de salud mental y consumo problemático de drogas. La joven vendía contenido erótico por redes sociales, a través de OnlyFans y Cafecitos. Su último domicilio registrado estaba en las inmediaciones de San Juan y bulevar Oroño, en el centro de Rosario.
En la mañana del 14 de diciembre de 2022, vecinos de Muñoz al 700, en el barrio Roque Sáenz Peña, la encontraron sin vida en la vereda. La joven presentaba un disparo de calibre pequeño en la sien y luego las grabaciones de una cámara de la cuadra dieron cuenta de que, minutos antes de las 2, caminó tambaleante hasta desvanecerse y morir.
Para marzo del año siguiente, la investigación avanzó con la detención del autor material del femicidio, Valentín Rodríguez, que entonces tenía 18 años.
Para la Fiscalía no hay dudas de que Rodríguez ofició de sicario a cambio de 120 mil pesos ofrecidos por Darío Varela.
Para ello, dice la investigación, sedujo a Carpanetto: “Generó un encuentro, simulando la intención de tener una cita de índole sexual, que incluyó reservar una habitación de un hotel”.
El plan quedó plasmado en conversaciones telefónicas recuperadas y llegó a postergarse 24 horas, ya que la noche del 13 Lucía se encontraba con una amiga y no se vio con Rodríguez. Esta situación le fue comunicada a Varela, quien le pidió a Rodríguez que, en caso de concretarse el encuentro, eliminara a las dos chicas “para no dejar testigos”.
Finalmente, el sicario eliminó contenido sensible del celular de Lucía y lo hizo desaparecer tras dispararle en la cuadra de Muñoz al 700.
A tres años del crimen, la Fiscalía ventiló indicios que también involucran a los Varela en la venta de drogas, al menos al momento del femicidio. Ailén Varela rendirá cuentas en la misma carpeta judicial en los próximos días.
El horizonte judicial de Darío es por demás oscuro. El juez Fernando Sosa hizo lugar a la acusación por homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria, por mediar un contexto de violencia de género y por ser criminis causa, agravado por el uso de arma de fuego, en calidad de instigador, y le dictó prisión preventiva por el plazo de ley.
Además, semanas atrás fue imputado por integrar el grupo de nueve presos que le dio muerte, en la cárcel de Piñero, a Agustín De la Encina Cappelletti, un joven detenido por narcotráfico y otras causas que, al igual que Lucía Carpanetto, provenía de un entorno de clase media acomodada.