La primera opción era Gustavo Valdés. Pero ante la negativa del ahora ex gobernador correntino, sería un santafesino, el intendente de Venado Tuerto Leonel, Chiarella el nuevo presidente nacional de la Unión Cívica Radical (UCR). Su entronización, de confirmarse este viernes, significaría una victoria del gobernador Maximiliano Pullaro y un acercamiento de la estructura partidaria a Provincias Unidas.
La pregunta es cuánto vale la conducción nacional de un partido que se ha convertido en una especie de confederación de líderes comarcales con intereses diversos y actitudes diferentes frente al gobierno nacional. No es lo mismo Pullaro, que tiene sus tensiones con la administración de Javier Milei, que el mendocino Alfredo Cornejo, aliado directo del libertario.
El santafesino fue quien propuso al intendente venadense. Lo apoyan los otros referentes radicales de Provincias Unidas, Valdés y el jujeño Carlos Sadir, y el sector Evolución, que lidera el presidente saliente de la UCR, Martín Lousteau.
Valdés era un candidato con consenso. Pero no quiso exponerse a la posibilidad de convertirse en el conductor simbólico de una cáscara vacía y atravesada por internas que hacen que, por ejemplo, haya radicales en distintos bloques del Congreso.
Sin embargo, el hecho de que alguien afín a Provincias Unidas lidere el radicalismo puede encaminar la formación de un interbloque que se convierta en la tercera minoría de la Cámara de Diputados, en perjuicio del PRO y los legisladores que responden a los gobernadores peronistas disidentes.
Chiarella, de 36 años, es intendente de Venado Tuerto, reelecto en 2023 con un respaldo impresionante: el 83 por ciento de los electores de esa ciudad del sur santafesino votó por él. Su designación implicaría renovación y un perfil de diferenciación –no de oposición feroz, pero tampoco de seguidismo– hacia la administración MIlei.
Este viernes por la tarde, los 102 delegados del comité nacional de la UCR tomarán la decisión final. Chiarella es uno de ellos.