Tras el descabezamiento de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side), se conoció que Alberto Baños renunció a la Subsecretaría de Derechos Humanos (SDH). Durante su gestión, el ahora exfuncionario degradó la política de derechos humanos y redujo el organismo a una tercera parte. El mes pasado, se presentó ante un comité de las Naciones Unidas para negar la magnitud de los crímenes de la última dictadura y acusar a los organismos de derechos humanos de falsear la verdad.
Baños llegó al cargo de secretario de Derechos Humanos de la mano de su amigo Mariano Cúneo Libarona. No tenía los mejores antecedentes: como juez, no había investigado la desaparición del policía Arshak Karhanyan y había firmado un fallo para que José Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura, saliera de la cárcel.
Su gestión estuvo marcada por los despidos y la presencia de efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) controlando los ingresos a la sede de la SDH en el espacio de memoria que funciona donde estuvo el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma). Baños no logró siquiera designar funcionarios clave en la SDH.
El inicio de año fue especialmente violento. Su secretaria avisó por WhatsApp que se cerraba el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y se licenciaba a todo el personal. Pese a las promesas que Baños hizo en distintos medios de comunicación, el Conti no volvió a abrirse. En ese lugar, Baños también había censurado unas jornadas sobre políticas de la memoria que ya estaban en marcha.
En febrero de este año, impidió un recital que habían organizado los organismos de derechos humanos en la ex Esma y fue a la justicia para prohibir actividades en El Faro, el sitio de memoria que funciona en Mar del Plata. Estos hechos fueron parte de una política de ir reduciendo la actividad en los espacios de memoria al tiempo que despedía a sus trabajadores.
Baños también promovió la firma de una solución amistosa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para decir que “las acciones de los grupos guerrilleros fueron delitos de lesa humanidad”. En el ámbito internacional, también se preocupó por avalar los reclamos de los jueces trasladados por Mauricio Macri a la Cámara Federal, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, para quedarse en sus cargos.
El golpe final de Baños se produjo en mayo pasado, cuando aceptó la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría. En ese mismo momento, también desjerarquizó el Museo Sitio Esma y el Archivo Nacional de la Memoria (ANM), que pasaron a depender del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH).
Además, Baños permitió las campañas que Luis Petri y Patricia Bullrich hicieron contra la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), a la que calificaron como un organismo “militante”.
El mes pasado, Baños se presentó ante el Comité Contra la Tortura (CAT) de las Naciones Unidas para responder a los cuestionamientos que se le hacían al Estado. En ese escenario repitió frases del discurso negacionista. Una de ellas, la que afirma que el número de 30.000 desaparecidos, fue construido en la búsqueda de un rédito económico. Tras esos dichos, desde la Red Nacional de H.I.J.O.S. pidieron su renuncia.
La retirada
Los problemas de Baños se agudizaron hacia fines de octubre, cuando reapareció Alfredo Vitolo en la SDH. Vitolo, quien había sido asesor de Claudio Avruj durante el gobierno de Mauricio Macri, fue designado director nacional de Asuntos Jurídicos de la SDH. Vitolo tiene textos escritos en los que aboga por el “perdón” a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad. Por su posición pro-represores y su oposición a la interrupción voluntaria del embarazo, el macrismo debió retirar su candidatura a la CIDH.
Baños tenía previsto viajar esta semana para participar de una reunión en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH). Sin embargo, su lugar fue ocupado por Vitolo, con quien ya había tenido algunos cruces. Este miércoles, a las 18.39, la Corte IDH publicó en sus redes sociales una foto de Vitolo con la presidenta del organismo, Nancy Hernández López. Eso habría precipitado la decisión de Baños.
La carta de renuncia está firmada a las 19.04, pocos minutos después del posteo, y es muy cuidadosa de las formas. “Tras estos casi dos años de esforzada labor, entiendo que se han cimentado las bases para profundizar el cambio y dejar a otros que continúen forjando un mejor país para nuestros hijos”, dice la nota que envió a Cúneo Libarona, Amerio y el jefe de Gabinete, Manuel Adorni.
Cúneo Libarona, que permanece en el Ministerio a pedido de los hermanos Milei, confirmó la renuncia y elogió a su amigo, a quien describió como un “excelente funcionario que cumplió enormes tareas”.
Por el momento, no está confirmado quién quedará al frente de la SDH.