Maximiliano Pullaro y Pablo Javkin saludaron al unísono la confirmación de que Patricia Bullrich será ministra de Seguridad nacional. Para ambos es una buena noticia por razones prácticas. Conoce la problemática, las necesidades, a los actores, ya se peleó y se amigó, y acaba de hacer una campaña presidencial comprometiéndose a darles prioridad a Rosario y Santa Fe. Con un agregado: Pullaro y Javkin la acompañaron a juntar votos barrio por barrio, localidad por localidad, incluso cuando los dos ya habían asegurado su futuro.
El gobernador electo la visitó a principios de semana para hablar de seguridad cuando todavía no estaba oficializada en el cargo y Macri la limaba a través de sus voceros y medios amigos.
También visitó a tres ministros que sí estaban confirmados: entre ellos a Mariano Cúneo Libarona, de Seguridad y Justicia, al que le propuso que le cediera la administración de la Cárcel Federal de Coronda, que está casi terminada aunque sin personal seleccionado y designado, trámite que podría llevar entre dos y tres años más.
Práctico, Pullaro le propuso ponerla operativa de inmediato con el Servicio Penitenciario de Santa Fe y asumiendo los costos operativos y de manutención de los presos federales. El futuro ministro quedó en analizar la viabilidad legal.
Diversidad con ejemplaridad
A diferencia de Milei, cuyo gabinete se hace a las corridas, con idas y vueltas y al mismo tiempo que se define la alianza que le dará gobernabilidad, en Santa Fe Pullaro montó y “puso en marcha” su gobierno bastante antes del 10 de diciembre. Hace rato que los gabinetes de cada ministerio están definidos, se reúnen y gestionan desde afuera. Ya hubo encuentros interministeriales y de gabinete ampliado.
Pullaro marca el paso. Arranca a las seis de la mañana o antes y trabaja 24x7. Vive con una disciplina casi monacal. No bebe alcohol, corre y practica boxeo y su dieta es magra y medida.
El jueves reunió primeras, segundas y terceras líneas de funcionarios. Y allí les dijo a todos: “Nosotros somos Illia”. En la cocina del pullarismo dicen que “ese es el concepto y legado que el gobierno debe dejar en momentos que los santafesinos la pasan mal. No sólo no robamos, desde ya; tampoco ostentamos ni gastamos más de lo hay que gastar como funcionarios del Estado”.
Fuentes directas indicaron que el gobernador electo ya dio instrucciones precisas a sus futuros funcionarios sobre cómo van a viajar, el tipo de hoteles que van a utilizar, la cantidad de autos que se van a mover, entre otros aspectos.
“Tenemos en claro que esos gastos a la larga no mueven la aguja de la caja del Estado, pero no es lo central, sino la ejemplaridad del ejercicio del poder. Representa los valores que la sociedad argentina perdió, y que la política tiene que recuperar”, explicó la misma fuente.
Hasta aquí Pullaro sorteó con éxito la macrodiversidad que caracteriza a Unidos para Cambiar Santa Fe. Hasta los partidos más chicos, de escaso aporte electoral, lograron espacios en el gobierno. En el plano legislativo se refleja también. Esta semana se definió que los 14 diputados del socialismo conformen un mismo bloque que tendrá como presidente y vice a Joaquín Blanco y Rubén Galassi, y a Pablo Farías y Rosana Bellatti como representantes en el interbloque.
En tanto, los nueve diputados de la UCR descansarán en la presidencia de Silvana Di Stéfano y están avanzadas las conversaciones para que las tres diputadas del PRO se agrupen en una misma bancada. Los dos monobloques serán los de Ariel Bermúdez de Creo y Walter Ghione de UNO. Clara García presidirá la cámara y José Corral será el vice primero.
A los empujones
El aterrizaje de Bullrich en Seguridad se dio en los términos contados en detalle en este panorama hace una semana. Fue resultado de un acuerdo personal con Milei y al margen de Macri, que al final de cuentas se tragó su enojo y la felicitó por redes sociales para no avivar la interna.
Haberlo madrugado a Macri le implicó ceder la presidencia del PRO. No le costó nada: había llegado ahí como parte de un dispositivo del expresidente para condicionar la proyección nacional de Horacio Rodríguez Larreta. Esa es una película del pasado. Ella se va de ministra, mientras Macri y Rodríguez Larreta pelearán por controlar el partido.
Ayer Macri tuvo un segundo disgusto cuando Milei confirmó que nominará a Martín Menem para presidente de la Cámara de Diputados. Fue como tirarle un zarpazo para ponerlo a distancia y establecer límites territoriales, como hacen los felinos.
En definitiva, el plan de Macri quedó rengo: metió a Caputo en Economía y el plan de endeudamiento que conlleva, pero Bullrich cerró sola seguridad y Cristian Ritondo no presidirá la Cámara de Diputados y por tanto no estará en la línea de sucesión presidencial.
Federico Angelini, el santafesino mano derecha de Macri, fue el encargado de comunicar las consecuencias del desaire. "Si finalmente es Martín Menem se negociará ley por ley. El Gobierno eligió un camino que es distinto al de trabajar juntos desde el minuto cero".
Hubo otro santafesino que jugó fuerte en esa partida, pero en sentido contrario al de Angelini y Macri. Pullaro fue el primer dirigente nacional de JxC en posicionarse en contra: “No creo que esté bien presidir la Cámara de Diputados, porque ahí está la línea de sucesión. Lo tiene que poner La Libertad Avanza”, dijo.
Casualidad o no, esas palabras fueron un respiro para el ministro Francos, que por esas horas buscaba la forma de desactivar la operación Ritondo y empujar a Florencio Randazzo. Desde la otra punta del arco político, también Cristina Fernández le cortó camino a Macri: "La Presidencia Provisional del Senado y la Presidencia de Diputados le corresponden a La Libertad Avanza".
En 15 días Pullaro le dio a Santa Fe el protagonismo en la escena nacional que Omar Perotti resignó. En ese tiempo fue en apoyo de Bullrich cuando aún no era ministra, fue la voz disonante en la operación Ritondo y asumió un papel activo en el grupo de gobernadores de Juntos por el Cambio. Este fin de semana movía hilos para que asuma al frente de Defensa el radical mendocino Luis Petri, ex compañero de fórmula de Bullrich.
Esas movidas se encadenan con otras dos que no van a pasar desapercibidas para los futuros ocupantes de la Casa Rosada. Junto con Rogelio Frigerio reunirán esta semana a los gabinetes de Santa Fe y Entre Ríos. La semana siguiente harán lo propio con el cordobés Llaryora y los intendentes de las principales ciudades. El tercer paso será el encuentro entre los tres.
El trío se agrupa para pulsear a nivel nacional con otros factores de poder político y geográfico: “liderar y marcar el rumbo del cambio” que eligió el país; cobertura política e institucional entre los gobernadores; y tener un proyecto productivo común, basado en la hidrovía, la quita de las retenciones agropecuarias y la adecuación de la infraestructura federal.
El escenario nacional
Habrá que seguir de cerca el tema de la Cámara baja de la Nación, porque el gobierno de Milei viene con planes que requerirán mucho acuerdo legislativo, excepto que –como sugirió la futura canciller Diana Mondino– piensen gobernar con decretos de necesidad y urgencia.
“Lo que veo es que Milei inicia el gobierno con un aliado como Macri enojado por la caída de la operación Ritondo; y con el ministro de Interior derrotado en su intento por poner a Randazzo. No le va a resultar fácil a Menem atar tantas cosas sueltas”, razona un peronista con muchos años de experiencia en la escena nacional.
Ese mismo dirigente cree que, a diferencia de cuando Rogelio Frigerio era el ministro del Interior de Macri, Milei no les está ofreciendo nada a los gobernadores que no sea ajuste y más ajuste. “Le dicen que no pueden pagar el aguinaldo y él les responde que no hay plata, que es un país federal, que se arreglen”.
Quizás las tribus peronistas que ocupan bancas en la Cámara baja encuentren allí un motivo para constituir una poderosa bancada en torno de 90 o más bancas, aún con la derrota electoral a cuestas y los rencores acumulados. ¿Por qué los diputados que responden a los gobernadores se alejarían de la manada si no hay beneficios para las provincias?
El escenario no es muy diferente en Juntos por el Cambio. A la UCR hasta ahora no les resulta funcional armar una alianza explícita con Milei. Todos están expectantes, una suerte de “vamos a ver cómo juega Milei”. Fuera de Patricia Bullrich, ningún gobernador o dirigente de peso salió corriendo a abrazarse al presidente electo para ganar popularidad y que lo aplaudan.
Hay otro nubarrón en el horizonte inmediato del presidente electo. Los 24 gobernadores empujan una ley a aprobarse en diciembre que coparticipe la mitad de la recaudación del impuesto al cheque. Fue uno de los temas conversados en la convocatoria que hizo el ministro Sergio Massa y a la que concurrieron Pullaro y Omar Perotti.
Con ese 25% del impuesto al cheque en sus manos, las provincias se garantizan recuperar lo perdido. Ese dinero saldrá del Estado nacional, que a su vez ya perdió la parte no coparticipable del impuesto. Más concretamente dejará de ingresar al Ansés, porque ese es el destino fijado para el grueso de ese tributo.
Cuando este aspecto se puso sobre la mesa, cuentan que uno de los gobernadores asoció esta situación con un antiguo chiste que se cuenta en su provincia. “Antes de que se muera mi mamita, prefiero que se muera la tuya”.
La Argentina sigue siendo un país de sálvese quien pueda.