Contar con niveles altos de azúcar por diabetes genera un trastocamiento completo del sistema inmunológico. De hecho, quienes padecen esta enfermedad crónica cuentan con riesgo de más infecciones, sobre todo bacterianas, como neumonía o tuberculosis entre otras, además de que estos cuadros puedan agravarse.

Diabetes

En el Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora cada 14 de noviembre desde 1991, expertos recuerdan que se trata de una enfermedad en la que el páncreas no secreta suficiente insulina (la hormona encargada de regular la concentración de glucosa en sangre), o el organismo no consigue usar en forma eficaz la insulina que se produce.

Si bien existen varios tipos, pero la diabetes tipo 2 es la mayoritaria porque es fruto de los malos hábitos de vida. Se caracteriza por la resistencia a la insulina, es decir, afecta a la forma en que el cuerpo usa el azúcar para obtener la energía e impide que utilice la insulina de forma adecuada.

En caso de no tratarse, puede aumentar las concentraciones de azúcar en la sangre y causar daños graves en el organismo.

Estresar las células

Con la diabetes tipo 2 existe un doble problema, porque no existe solo el de los niveles de azúcar, sino también otro dietético nutricional, que es el exceso de grasa corporal.

Sobre ello, expertos resaltan que la importante, sobre todo, es la grasa visceral, que es la que está en contacto con los órganos. La abdominal, además, es un indicador bastante cercano a la visceral.

"Es decir, si hay bastante grasa abdominal se estipula, se puede llegar a extrapolar, que hay bastante grasa visceral, pero es la grasa que está pegando a los órganos la que tiene más capacidad microinflamatoria", explicaron.

De este modo, las células con muchísima grasa suelen estresarse y liberar citoquinas inflamatorias, las cuales producen "daños allá donde van" y "un estado de microinflamación constante" que deteriora el sistema circulatorio.

El tejido adiposo, además de interferir en la liberación de la citoquinas inflamatorias, genera ácidos grasos libres como las ceramidas y el diacilglicerol, que también interfieren a nivel molecular al provocar inflamación en diferentes órganos.

"A nivel circulatorio esa microinflamación provocada por los niveles altos de azúcar daña las células de los vasos sanguíneos"; y por ello hay pacientes con diabetes a los que se les tienen que amputar dedos de los pies y de las manos, porque no les circula bien la sangre.

Las defensas flaquean

El sistema inmunológico también se ve afectado por los niveles altos de azúcar de la diabetes, de hecho "lo trastoca completamente".

Por un lado, interfiere en la quimiotaxis, un proceso en el que las células inmunológicas son capaces de detectar lo que es propio y lo que no, y lo que no es propio, lo ataca, para defender el organismo. Con la diabetes, la quimiotaxis se ve alterada, porque los niveles de glucosa que se quedan en las membranas de las células interfieren en este proceso a nivel molecular.

"Es como si los sensores que utiliza un auto no funcionaran bien porque están sucios, con lo que no pueden detectar nada", indicaron.

Además, la fagocitosis también se ve alterada: los niveles altos de glucosa hacen que los macrófagos y los neutrófilos no hagan como deben este proceso, es decir, que "no engullan a las bacterias bien".

Esto se debe a que los niveles de glucosa elevados afectan al citoesqueleto de esas células, que es el que debe hacer que esta se deforme para engullir la bacteria y, como no funciona igual de bien, el proceso no funciona y la fagocitosis se ve reducida.

Más riesgo de infecciones

Al tener alterado el sistema inmunológico, las personas con diabetes son más propensas a las infecciones. "Además, los propios niveles elevados de glucosa pueden dañar a las células directamente, con lo que bajan las defensas, es decir, hay muerte celular y hay menos defensas. Incluso hace poco se ha visto que hasta los anticuerpos que conseguimos fabricar con niveles muy altos de azúcar se glicocidan, se unen a los anticuerpos y éstos no funcionan o funcionan peor", destacaron.

Como la fagocitosis está muy afectada, las personas con diabetes están más expuestas sobre todo a infecciones bacterianas que son más resistentes al sistema inmunológico ya de por sí, como la neumonía y la tuberculosis, entre otras.

"De hecho, a las personas con diabetes se les recomiendan unas pautas de vacunación que son más parecidas a los pacientes inmunodeprimidos que al resto de pacientes en general", subrayaron.

Más allá de la consulta médica y los tratamientos concretos para la diabetes, los expertos recomiendan mejorar hábitos alimenticios:

-Hidratos de carbono complejos, como los cereales integrales.

-Alimentos lo menos procesados posible.

-Mayor presencia de verduras y legumbres, y que sean la base de la pirámide alimentaria.

-Carne no procesada.

Asimismo, resaltan la importancia del ejercicio físico.

Fuente: EFE.