Un nuevo estudio de origen finlandés analizó cómo el cerebro reacciona en forma inmediata ante escenas de acoso. En este aspecto, aclaran que estas situaciones ponen en marcha circuitos sociales y emocionales junto a sistemas de respuesta a amenazas, lo que genera entonces estados de alarma y angustia de forma instantánea. El estudio proviene de la Universidad de Turku y sus hallazgos se publicaron en JNeurosci.
Las respuestas emocionales
En un segundo experimento con adultos, los resultados fueron confirmados mostrando que, el seguimiento ocular y el tamaño de las pupilas, exhiben las respuestas emocionales y atencionales más intensas frente a las escenas de bullying.
Asimismo, las reacciones fueron más marcadas en aquellas personas que habían sufrido algún tipo de acoso en la vida real. Según los investigadores, este estado de alarma continuo puede ser perjudicial tanto para la salud mental como para la física, al mantener activada en forma prolongada la respuesta autonómica del organismo.
Fuente: SINC.