“El contexto de la inflación afecta nuestro trabajo como el de todas las actividades; en nuestro caso como atendemos a personas que cuentan con coberturas de salud en la seguridad social, a través de sus Obra Sociales, Pre Pagas o Mutuales, debemos enfrentar el inconveniente de los plazos en que nuestros trabajos son efectivizados. Estos plazos en tiempos de inflación nos perjudican, ya que nosotros, adquirimos los insumos que necesariamente utilizaremos en la atención de nuestros pacientes, al contado. En los últimos 20 años hemos debido enfrentar en varias oportunidades estos cuellos de botella por el que estamos transitando ahora: hoy el proveedor nos dice:”lleve el material después le decimos el precio”. Mientras nuestra prestación tiene un arancel fijado de antemano que no podemos reajustar.
Esto, como es de imaginar, perjudica el trabajo del profesional que queda en desventaja. Advirtamos que el paciente sufre también las consecuencias de esta asimetría.
Este desfasaje, entre la adquisición de esos materiales y el pago de los financiadores de salud, transfiere a nosotros hacer frente a la financiación de los mismos”, así se expresaba, ante la requisitoria de Rosario3.com, Raúl Allín, presidente de la FACO, Federación Argentina de Colegios de Odontólogos y secretario del Colegio de Odontólogos de la provincia de Santa Fe, 2da circunscripción.
Más adelante, el entrevistado agregaba: “en nuestro país, en nuestra región y en esta ciudad, la odontología que practicamos está a la altura de la que se ofrece en los centros de excelencia del mundo. Por lo que nosotros usamos los elementos que se usan en el mundo, muchos de los cuales se fabrican en aquellos centros. Esto nos perjudica ya que nos convertimos en trabajadores y financiadores de las prácticas que ofrecemos.”
¿Los financiadores son otros?
Sí. El Sistema está fraccionado. Participan el Estado Nacional a través de la Seguridad Social; además del Sistema Social de los trabajadores, a través de los sindicatos y el sistema Privado de Obras sociales y prepagas. Cada cual con sus intereses y todos tienen que convivir. Nosotros como profesionales en ejercicio somos prestadores para todas esas partes del sistema. Mientras el Estado y sus diferentes estamentos hacen sus compras, nosotros debemos hacerlo para atender a nuestros pacientes. Cada odontólogo se inserta en el sistema como si fuera una Pyme y al igual que ella genera y da trabajo (asistentes, personal de apoyo, auxiliares, proveedores, etc.). Nos organizamos como una empresa para brindar nuestro servicio y dependemos de convenios que se manejan con sus tiempos. A nosotros se nos exige el servicio y cada profesional se prepara para hacerlo de la mejor manera, aportando profesionalismo y calidad, la que está garantizada por disposiciones y programa nacionales que las garantizan.
Como se desprende de lo expuesto, no está en nosotros la solución de este vínculo asimétrico; pese a lo cual no nos negamos a ofrecer el servicio que el paciente nos reclama. Los profesionales damos siempre respuestas a los pacientes, para lo cual absorbemos y financiamos este tipo de prácticas.
Si entendemos que la salud es un bien esencial, este sistema se muestra injusto. El profesional procura resolver el problema que el paciente nos trae. A nosotros nos desbordan los costos en este proceso inflacionario.
Las prepagas, por ejemplo, reciben, con regular frecuencia, ajustes de sus ingresos mediante el incremento de la cuota de afiliación. El profesional odontólogo, por su parte, sigue financiando al comprar sus insumos imprescindibles para el buen ejercicio de la odontología, a precios que les serán ajustados “cuando haya precios”.
Por eso necesitamos que el afiliado tome nota de esta situación y reclame a su Prepaga u Obra Social para que el profesional odontólogo cuente con sus insumos pertinentes con sus costos actualizados. Para que el mismo pueda realizar el tratamiento apropiado con los elementos necesarios para hacerlo con la calidad que el buen ejercicio de la odontología reclama.
Todos debemos reclamar por la salud como un derecho vital e irrenunciable que el estado debe garantizar, exigiendo a cada parte interviniente en el sistema que cumpla con sus obligaciones.
Los odontólogos no nos sentimos escuchados en nuestros reclamos.
*Raúl Allín, presidente de la FACO, Federación Argentina de Colegios de Odontólogos y secretario del Colegio de Odontólogos de la provincia de Santa Fe, 2da circunscripción.