El exceso en el uso de pantallas de niños y adolescentes generó un aumento en los niveles de ansiedad en todas las edades. Así lo sugieren expertos, incluso reforzando la noción del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que decidió bloquear el acceso al juego Roblox en las redes WiFi del circuito escolar de CABA, esta vez como medida para combatir el grooming.
Sin embargo, esta medida alcanza a un pequeño porcentaje de alumnos en comparación al gran número de niños que utilizan un amplio abanico de juegos y aplicaciones en el país. En tal sentido, expertos advierten que “no se puede dejar que esto circule sin control, sin estudiar todos sus efectos. Se sabe la potencialidad adictiva del exceso de pantallas”.
“A partir de la pandemia, la pantalla se hizo un instrumento imprescindible, pero tiene sus consecuencias negativas, si bien acorta distancias, también hay una representación del tiempo y el espacio que está distorsionada”, explicaron.
En tal sentido, el cerebro se acostumbra a lapsos cortos de concentración, a la vez que a tener una retroalimentación muy personal e individual con la pantalla. Así, "aquello que está relacionado con lo interhumano, interafectivo e interpersonal empezó a perderse”.
Como resultado, se vislumbra el aumento de niveles de ansiedad de todas las edades, en donde los intervalos de espera ya casi no existen o se tornan intolerables. Sin embargo, los aprendizajes de un nivel más elaborado requieren de esos tiempos de espera.
“Esto lleva como consecuencia a un desarrollo de personas con capacidad más limitada a la hora de llegar a pensamientos y aprendizajes abstractos por eso es tan importante limitar esa acción en los chicos”, explicaron.
En la infancia, el cerebro se encuentra en pleno armado. Y, si en esa instancia, se les brinda una pantalla a modo de calma, se genera una adicción de tranquilizarlo con ese método. “En las consultas tenemos un aumento de niños pequeños que tienen dificultad para la regulación de las emociones, para el lenguaje y los aprendizajes. Nos consultan tempranamente y algo podemos hacer para influir en el desarrollo”, resaltaron.
El uso de las pantallas
Si bien a partir de los 2 años de edad pueden comenzar a introducirse pantallas, las mismas no pueden permanecer a libre criterio del niño.
En su lugar, el compartir tiempo de calidad con los niños es una gran alternativa. Compartir un juego de mesa "tiene muchos elementos positivos, como la espera, la competencia sana, reglas claras y saludables". Sucede que las nuevas generaciones suelen no divertirse con estas ideas porque, al acostumbrarse al uso de pantallas desde muy temprana edad, cuentan con una capacidad nula de divertirse con otros juegos por la excitabilidad de los colores, los sonidos y la pantalla en sí. Es allí donde se debe trabajar en familia para volver a conectar con aquello más tranquilo.
El control parental y la confidencialidad
Por otra parte y en torno a los adolescentes, expertos sugieren el control parental sobre los dispositivos, en donde sea una regla contar con las claves. La confidencialidad debe ser un respeto mutuo, pero el adulto debe contar con la clave por si llegara a sospechar algún contacto o situación poco saludable.
El control parental implica que, después de cierta cantidad de horas, la plataforma se cierra automáticamente, sin implicancias de una discusión de los padres con el niño "porque eso genera cierto malestar familiar porque los chicos quieren más a la pantalla que a las golosinas. Es el premio y el castigo".
En cuanto a los contactos con personas desde la virtualidad, expertos resaltan que "existe gente muy preparada para engañar y hacerse pasar por otra persona". Por ello, debe quedar en claro que nunca hay que aceptar a nadie que no se conozca en la vida real, incluso si se pasan contactos entre amigos, que los mismos den cuenta de que conocen a dichos contactos. Asimismo, la buena confianza con los adultos del entorno hará que, ante alguna situación de duda o disrupción, lo primero que hará el niño será contarlo porque comprenderá que se trata de un peligro.
Fuente: NA.