El exceso de uso de las redes sociales y la búsqueda constante del mayor número posible de interacciones (ya sea por el acopio de likes o por la ampliación en la lista de seguidores), puede ser perjudicial para la salud mental. Así lo advierten desde Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), España.
En un comienzo, las redes sociales funcionaban a modo de ventana de aproximación a un entorno al que no se hubiese tenido acceso de otra forma, como familiares o amigos que viven lejos, o bien seguir perfiles que se encuentren en línea con los propios hobbies o profesiones. Sin embargo, con el tiempo, esto se fue abriendo a personas desconocidas, conocidos de conocidos, personas de contacto breve.
Motivaciones para acumular "likes" en redes sociales
Lejos de la perspectiva de lo que es una relación cordial, el foco en la cantidad de likes o de seguidores hace que las personas necesiten de estas interacciones para sentirse plenas.
“Siempre se busca un feedback positivo, y eso es lo que generan las redes sociales, ya que las personas en su perfil solo muestran lo bueno, pasando previamente por un filtro, facilitando la creación de un bucle del que es difícil escapar”, indicaron.
Además, se genera una constante comparación con los demás debido a la necesidad de un confort, sobre todo si se percibe que, en comparación, uno mismo se ve más beneficiado. Sobre ello, expertos aseveraron que “quedar por encima de los demás” no es “un acto malicioso ni una cuestión perversa”. “Inconscientemente graduamos un poco el estar bien o mal en función de cómo están las otras personas”, sentenciaron.
¿Cómo afecta en la salud mental?
La sustitución de las interacciones reales por las artificiales hace que el cerebro se confunda y crea que es suficiente ese mínimo contacto social a partir de los refuerzos positivos que ofrecen las redes.
“Puede generar un desequilibrio en nuestra salud mental, en tanto que estamos sustituyendo la conversación que tendría lugar si no existieran esos likes por los likes (…) La interacción física y real es mucho más importante para la salud, ya que afecta a todos los órganos de los sentidos y no solo al visual. Por lo tanto, la información que llega al cerebro es más completa y sana”, expresaron.
Además, "todo aquello que pueda ser una fuente de conflicto, frustración, discusión o malestar tendemos a evitarlo. Esta sociedad que no tolera la frustración ni el malestar genera que nuestro cerebro evite los problemas, convirtiéndonos en personas más vulnerables por no poder confrontarlos”. Todo ello, según detallaron, resulta completamente perjudicial para la salud mental.
Fuente: EFE.