En un contexto en donde las decisiones nutricionales se vuelven cada vez más complejas, la cocreación entre comunidad científica e industria alimentaria puede marcar la diferencia en pos de desarrollar alimentos. De esta forma, los mismos pueden ser creados con responsabilidad respondiendo a necesidades nutricionales específicas.
Un reciente trabajo conjunto entre una cadena de industria alimentaria y el equipo de Profesionales expertos en Nutrición Infantil (PROFENI) se consolidó como una experiencia pionera de cocreación aplicada a un producto destinado a las infancias.
El equipo, que cuenta con profesionales en pediatría, gastroenterología, microbiología y nutrición infantil, entre otras especialidades; fue convocado para acompañar el proceso de renovación de la receta de un emblemático producto lácteo en pos de evaluar su composición de nutrientes a la luz de las necesidades específicas de la población infantil.
Así, el yogur, rico en calcio y vitamina D, incorporó probióticos con beneficios comprobados para la salud digestiva y el sistema inmunológico para convertirse en un alimento nutritivo, sin la presencia de sellos y con la textura y consistencia necesarias para los más pequeños.
“La participación del equipo de PROFENI no se limitó a una instancia de revisión técnica, sino que implicó una verdadera construcción conjunta, en la que se evaluó la evidencia disponible sobre las necesidades nutricionales de la población, las brechas que era necesario cubrir y, a partir de allí, recomendar y sugerir las propiedades nutricionales que debía tener el alimento, hasta la aceptabilidad sensorial, pasando por la adecuación del producto al consumo cotidiano de las familias”, indicó el Dr. Omar Tabacco, pediatra gastroenterólogo, jefe del Servicio de Gastroenterología del Sanatorio de Niños de Rosario.
“La salud pública también se construye participando en los espacios donde se definen los alimentos que llegan a la mesa. Este trabajo fue una forma concreta de incidir en la calidad de lo que pueden consumir las infancias”, agregaron desde PROFENI.
La situación en Argentina
La situación nutricional de la infancia presenta una paradoja preocupante: más allá de que una parte importante de la población infantil sufre exceso de peso, muchas niñas y niños no alcanzan los requerimientos diarios de nutrientes esenciales.
En tal sentido, en Argentina casi el 70% de la población infantil no cubre la ingesta diaria recomendada de calcio, y más del 95% no cubre la de vitamina D, cuestión que puede impactar negativamente tanto en el desarrollo óseo y dental como en la salud en general, pudiendo ocasionar retraso en el crecimiento, baja talla para la edad, raquitismo, caries dentales, fatiga y debilidad muscular; y, a futuro, osteoporosis. A partir de todo el análisis elaborado, se creó el primer yogur sabor natural, primer alimento del portafolio infantil con este sabor, para ir acostumbrando al paladar.
“Como profesionales de la salud, muchas veces vemos con preocupación que los patrones de alimentación de los más chicos priorizan alimentos de baja calidad nutricional, cuyo consumo debería ser ocasional y no la norma. En ese sentido, solo podemos ser parte de la solución participando en este tipo de procesos, que nos permite acercar esos productos con una versión mejorada, alineada con las recomendaciones de las Guías Alimentarias y a lo que uno sugiere en el consultorio”, señaló Alberto Arribas, especialista en Nutrición, presidente de la Asociación Civil Supersaludable.
La actual receta presenta la incorporación de probióticos específicos con respaldo científico, reconocidos por su capacidad para modular positivamente la microbiota intestinal y contribuir así al equilibrio del sistema inmune. Asimismo, se ajustaron proporciones y procesos para garantizar un perfil nutricional balanceado, sin edulcorantes.
“Un alimento es adecuado no solo por lo que aporta desde el punto de vista nutricional. Hay múltiples variables que inciden para que, además, sea incorporado y aceptado en la alimentación cotidiana. Si no contemplamos esas variables multidimensionales, se amplía la brecha entre el consumo real y las recomendaciones. Este proyecto fue una oportunidad de acercar nuestra mirada desde distintos aspectos y disciplinas a un producto concreto, disponible en el mercado, con mejoras reales y medibles”, remarcó Sandra Nora Blasi, especialista en Nutrición Pediátrica de la UBA.
“Siempre que haya criterios éticos firmes, libertad técnica, canales abiertos para el diálogo y voluntad de mejora, el trabajo conjunto puede generar un impacto positivo. No se trata de convalidar marcas, sino de transformar lo que ya existe y guiarlo hacia una opción más saludable. La salud infantil lo requiere”, concluyeron desde la entidad.
Fuente: NA.