"Además, deberíamos dejar en claro que dependiendo del grado de enfermedad renal la dieta puede ir variando en su composición, por lo tanto, es indispensable contar dentro del equipo multidisciplinario para el tratamiento integral de la enfermedad renal, con el asesoramiento nutricional de una Licenciada/o en Nutrición.

Debemos destacar que los estudios de intervención que examinan los patrones alimentarios en la ERC son limitados, sin embargo, hay evidencia consistente a partir de análisis observacionales sobre patrones dietéticos que contienen frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, lácteos bajos en grasa y poca sal agregada contribuyen a un mejor resultado clínico, en particular la mortalidad, en la ERC. (Puede consultarse AJKD, VOL 76. Nro. 3, suple 1, septiembre 2020 S51). En la actualidad, son los patrones dietéticos mediterráneos y ricos en frutas y verduras lo que se utilizan a modo de guía para crear las recomendaciones.

PREVENCION DE LA ENFERMEDAD RENAL CRONICA

En lo referente a la prevención de la aparición de la ERC debemos abordar las patologías de base que pueden causarla. Dentro de estas, se destaca la DIABETES (pudiendo llegar del 40 al 50%) y la hipertensión (cercano al 29%). 

Actualmente el consumo promedio de sal en Argentina es entre 9 a 12 gramos de Cloruro de Sodio (sal de mesa), cuando la recomendación es de hasta 5 gramos de Cloruro de Sodio. Una tercera parte al menos (30 al 40%) del Sodio que se consume en nuestro país proviene de los alimentos procesados o industrializados (galletitas dulces o saladas, snacks, gaseosas y jugos, sopas instantáneas, embutidos y demás productos procesados listos para consumir).

Debido a esto, la sugerencia más importante es optar por una alimentación lo más natural y menos procesada posible. Incrementar el consumo de alimentos frescos como frutas, verduras, cereales y legumbres, frutos secos.

Elegir alimentos cuyos ingredientes sean pocos, conocidos y coherentes.

Recordemos que muchas veces los productos industrializados tienen el agregado de sodio oculto, además de muchos aditivos y conservantes que deben cuidarse en la persona con enfermedad renal. Tal es el caso del fósforo o potasio, que juegan un rol fundamental a medida que la enfermedad renal progresa hasta llegar a etapas más avanzadas.

Una excelente sugerencia es el control de la presión arterial a nivel poblacional y en las personas que padecen hipertensión arterial (una de las causas más importantes de enfermedad renal crónica) es implementar la lectura de etiquetas, seleccionando aquellos alimentos cuyo contenido de sodio sea menor a 100 mg por porción.

Siendo también la Diabetes de enfermedad renal crónica, es recomendable sugerir a la población, conocer los valores de azúcar en sangre (Glicemia).

Podríamos agregar, además, NO AUTOMEDICARSE, evitar el cigarrillo, promover el consumo de agua, mantener un peso y alimentación saludable y realizar actividad física para prevenir la enfermedad renal.

Este cambio de paradigma basado en los beneficios de las proteínas vegetales, en la enfermedad renal se asocia a menor toxicidad y mayor alcalinidad (para aclararlo es el estado de nuestro medio interno que tiende a estar más ácido por la enfermedad renal).

Esto impacta en la prevención y progresión de la Enfermedad renal crónica.

Son las proteínas animales especialmente de las carnes, quesos o ciertos aditivos con fósforo que aportan un perfil más ácido a la dieta, mientras que los patrones dietarios ricos en vegetales se asocian con menor inflamación, estrés oxidativo y riesgo reducido de diabetes tipo 2. Además, ejercen efectos beneficiosos que combinan la reducción de los trastornos metabólicos de la insuficiencia renal e incluso su progresión.

En conclusión, hay que priorizar una alimentación con mayor contenido en frutas y verduras, reduciendo o moderando el consumo de proteínas de origen animal y aumentando las de origen vegetal.

Una vez instalada la ERC o en etapas avanzadas se sugiere hacer control proteico y no restricción proteica. Esto quiere decir que no es necesario retirar completamente el consumo de proteínas, sino hacer hincapié en disminuir las porciones y frecuencia de consumo, haciendo selección de las mismas.

Esto permitirá aportar al organismo los aminoácidos necesarios diariamente y no hacer sobrecarga renal el resto de los días. En estos estadios es fundamental recomendar una adecuada cantidad de líquido, controlar los valores de fósforo, potasio y sodio, y educar acerca de técnicas de manipulación de alimentos tales como el remojo, cambio de agua y cocción. Acompañar con un estilo de vida activo y realizar un seguimiento con un equipo interdisciplinario especializado.

*Dr. Gustavo Lavenia Matrícula 12495 Especialista en Nefrología, Magister en Hipertensión arterial.

*Licenciada en nutrición Giselle Espinosa. Matrícula 1163.

Educadora Certificada en Diabetes.