En un mundo donde las citas muchas veces se llenan de códigos confusos y señales ambiguas, un gesto clásico, como el de un beso en la frente, parece haber ganado una nueva interpretación esta vez no tan dulce. Según expertos, lo que tradicionalmente se asociaba a cariño y protección hoy puede empezar a verse como un indicio de que las cosas no van a continuar.
Un beso en la frente ha sido durante décadas símbolo de afecto profundo, intimidad emocional, respeto o deseo de protección. Especialistas en relaciones señalan que no tiene la carga erótica de un beso en los labios y por eso suele reservarse para momentos de ternura, consuelo o cuidado.
Sin embargo, el contexto importa mucho. Recibir ese gesto en una relación ya establecida no es lo mismo que que lo hagan al final de una primera o segunda cita. Según una teoría viral que circula entre usuarios de redes sociales, el llamado “forehead kiss of doom” (“beso en la frente de la perdición”) adquiriría un significado casi simbólico: un último beso antes de desaparecer.
En ese escenario, el gesto, en lugar de promesa de cariño, se transforma en una forma suave de despedida, un modo de cerrar una puerta sin decir adiós. Por supuesto no se puede generalizar, ya que un beso en la frente no siempre significa ghosting, ni siempre es señal de entrega. Puede seguir representando cariño sincero, cercanía emocional o deseo de proteger, pero si va acompañado de señales como silencio repentino, falta de contacto, evasivas o falta de interés real (características del fenómeno llamado ghosting) entonces conviene analizarlo con más cuidado.
Fuente: GQ.