Según datos de S&P Global Market Intelligence que cita el sitio trendencias, el 2016 ha sido el año en el que más mujeres han pasado a formar parte de la dirección de algunas de las más importantes empresas.

Los números no son muy altos, solo 27 de los 500 directores de empresas norteamericanas, donde se hizo el estudio, son mujeres. Sin embargo, se trata de una tendencia creciente que aporta un poco de esperanza.

La pregunta es: ¿qué aportan ellas al mundo laboral?

1. Un trabajo más inclusivo

En un estudio del comportamiento del género femenino en el espacio de trabajo realizado por Luca Flabbi, el autor llegó a la conclusión de que "una mujer puede ver mejor el talento de otra y ponerla en puestos que concuerden con sus aptitudes. De esa forma consigue mejores combinaciones para esas mujeres, trabajan mejor y aumentan el beneficio de la empresa".

Otros trabajos de investigación corroboran estas ideas de Flabbi y afirman que este fenómeno de inclusión de mujeres hacia mujeres puede deberse a dos razones principales: que las mujeres no discriminan entre ellas y conocen a muchas otras mujeres, referentes femeninos que recomendar en puestos de trabajo.

2. Más beneficios para las empresas

Tener mujeres directivas no solo ayuda a la inclusión de otras grandes empleadas y trabajadoras y al reconocimiento de sus aptitudes. Como indica una encuesta realizada por el Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington realizada el pasado año, "las empresas con mujeres en altos cargos tienden a tener mayores beneficios y mayor satisfacción laboral".

3. Un empleo más justo

Este fenómeno por el cual las mujeres son más reconocidas cuando sus superiores también son mujeres no se extiende a absolutamente todas las mujeres. Según un estudio de la Universidad de Berkeley, señaló solo a aquellas válidas y con grandes aptitudes en el trabajo que desempeñan. Las que no son buenas en lo que hacen no obtienen ningún beneficio, por mucho que compartan con su superior el género. Así, las mujeres en altos cargos no hacen preferencias en función del género, pero sí reconocen más que los hombres a aquellas empleadas con valía.

4. Trabajo sin sexismo, ni masculino ni femenino

En una ley promulgada en 2003 en Noruega se exigía que todas las empresas públicas tuvieran, como mínimo, un 40% de mujeres en su consejo. Posteriormente, el Departamento Nacional de Investigación Económica Americano realizó un estudio para ver los resultados. En ellos observaron que los salarios de las mujeres en puestos altos se había incrementado un 5%.

Sin embargo, el aumento de la presencia femenina en los puestos decisivos no tuvo ningún efecto en las mujeres de la cadena de trabajadores. Tampoco se incrementó el número de mujeres contratadas. De hecho, concluyeron que no tenía ningún efecto en las mujeres de forma general. Se rompieron algunos techos de cristal, pero esto no significó un aluvión de puestos femeninos ni preferencias por géneros. Todo siguió exactamente igual, con la diferencia de que las mujeres que mejor trabajaban fueron reconocidas.

5. Trabajos más estables y seguros

La Red de Investigación de Ciencias Sociales realizó un estudio en el que concluían que las empresas con mujeres al cargo sufrían menos recortes durante épocas de recesión, tenían menos contrataciones temporales y mejores condiciones de trabajo, sin importar el género del empleado.

6. Visión más empática de los empleados

El mismo estudio sugiere que esto ocurre porque las mujeres somos más empáticas y pacientes en tiempos complicados que los hombres. Al tener diferentes prioridades, damos importancia a aspectos más sociales del trabajo: relaciones entre compañeros, recursos humanos y comunicación.

El espacio de trabajo continua siendo un lugar complicado para las mujeres, sobre todo para aquellas que intentan lograr un equilibrio entre su familia y su carrera en un ambiente donde prima el sexismo. Por eso, estos datos son un avance esperanzador que nos permiten asomarnos al funcionamiento de empresas dirigidas por mujeres y lo que ellas pueden aportar sobre la mesa.