La noche más terrorífica (y, para muchos, esperada) del año se acerca, y nada mejor que acompañarla con un make up temático, simple y divertido. No hace falta ser maquilladora profesional ni tener un arsenal de productos. De hecho, solo con delineador negro, sombras y un poco de brillo, se pueden lograr resultados increíbles.
A continuación, cuatro ideas que pueden adaptarse según el propio estilo y nivel de paciencia frente al espejo:
-Gato misterioso: Un clásico que nunca falla. Solo se necesita un delineado marcado en los ojos, una nariz pintada de negro y algunos bigotes finos sobre las mejillas. Si se prefiere, se puede usar un toque de sombra plateada o purpurina en los párpados y labios. Perfecto para una versión más coqueta que aterradora.
-Calavera brillante: Para quienes quieren algo más elaborado pero sin complicaciones. Dibujar los contornos de la mandíbula y los pómulos con delineador negro y difuminar con sombra gris. En lugar del blanco mate tradicional, probar con iluminador o sombra perlada para un efecto “glow” que destaque con las luces nocturnas.
-Hada oscura: Ideal para quienes prefieren un look más mágico que terrorífico. Usar tonos lilas, verdes o azulados en los ojos, sumar piedras adhesivas o glitter y finalizar con labios metálicos. Si se cuenta con una vincha de flores o una tiara, el resultado es inmediato: un maquillaje de fantasía digno de cuento (con un giro siniestro).
-Vampire glam: Piel pálida, labios rojo sangre y un toque de sombra borgoña o violeta en los párpados. Con un poco de corrector claro, puede lograrse ese efecto de piel fría, y, si se quiere sumar dramatismo, dibujar una pequeña gota de “sangre” con labial líquido o delineador rojo. Clásico, rápido y siempre efectivo.