El estadio de fútbol Kanjuruhan de Indonesia donde fallecieron más de 130 personas el pasado 1 de octubre, será demolido y reconstruido. Así lo confirmó el presidente Joko Widodo.  "Vamos a demoler el estadio y reconstruirlo según las normas de la FIFA, con instalaciones apropiadas que garanticen la seguridad de los jugadores y los aficionados", declaró a la prensa tras reunirse con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de visita en la capital del país asiático, Yakarta.

Según informa Télam, el responsable del máximo entre del futbol mundial se comprometió a ayudar a la transformación del fútbol indonesio para mejorar la seguridad y tras su reunión en el palacio presidencial señaló: "Vamos a reformar y transformar el fútbol en el país".

En aquella aciaga jornada el tumulto comenzó cuando 3.000 hinchas del Arema FC entraron al campo de juego enfurecidos por la derrota 3 a 2 ante el Persebaya Surayaba, en un partido clásico y que no perdían hace dos décadas.

Los hinchas enfrentaron a la Policía que reaccionó con el uso de gases lacrimógenos y allí se produjo la estampida en la cual la mayoría de las muertes fueron a causa de empujones, apretones, pisotones y asfixia, al intentar escapar del campo de juego por una misma vía de escape.