“Jorge nunca escuchó la voz de los prejuicios y siguió adelante; él sentía que había fracasado como jugador profesional y no se podía permitir un segundo fracaso”. Así explica el periodista Pablo Paván el título de su libro “No escucho y sigo”, que, además de ser una frase del grupo de rock “Callejeros”, representa la puerta de entrada a la biografía autorizada del Zurdo Sampaoli, el hombre que rompió casi todos los moldes que encorsetan al actual fútbol de elite.

Pablo es oriundo de Casilda, y se desempeña como periodista de Radio 2 y Rosario Deportes. Semanas atrás estuvo en Chile presentando su trabajo, que fue recibido con gran suceso en todos los medios trasandinos, un poco por el peso específico del personaje y otro poco por la inminencia de la Copa América que organiza ese país.

El libro está publicado y a la venta en Chile y en Argentina saldría el 10 de junio, un día antes del arranque la Copa. En una charla con Rosario3.com, el autor de la biografía reveló detalles que él también fue descubriendo a pesar de conocer al personaje desde sus inicios.

-¿Cómo surgió la idea de escribir el libro?

-Siempre tuve en la cabeza hacer el libro de Jorge porque me parece un personaje muy potente, muy diferente a cualquier otro entrenador, que salió de un lugar tan pequeño como Casilda para entrar en la elite del fútbol mundial. En septiembre del año pasado él fue de visita a Casilda y le conté del proyecto. Le dije que el libro lo iba a hacer con él o sin él. Entonces me dijo que podía contar con él para lo que sea, que le interesaba. Además noté que le gratificaba abrirme una puerta a mí en este oficio.

-¿Por dónde encaraste la escritura?

-Fui mucho por el fútbol porque no es un tipo tan popular, entonces había que explicar qué era lo que Sampaoli había hecho para llegar a ese lugar visible en el que hoy está. Y después me gustó contar qué fue lo que hizo para convencer a los dirigentes de su contratación y a los jugadores de su idea futbolística. Todo eso sin tener un cartel, sin chapa y sin haber jugado al fútbol profesionalmente.

-Lo concés hace muchos años, ¿cambió mucho su personalidad de Casilda a hoy?

-Lo noté más tranquilo, abierto, enriquecido culturalmente. Es normal que cuando uno sale de un lugar tan chico experimente una apertura mental.

-¿Hubo un click en su vida personal y laboral?

-Sin dudas el click lo hizo cuando decidió salir del país, salir de la Liga Casildense o de Argentino de Rosario. Cuando él salió de Casilda en el año 2002, él estaba seguro de que no volvía. Le costó tomar esa decisión, porque dejó un trabajo seguro y la familia, pero estaba seguro de esa determinación que tomaba.

-De esa seguridad para continuar a pesar de todo se desprende el título del libro...

-Sí. De ahí viene mi elección de la frase “No escucho y sigo”. Porque él se propuso vencer un montón de prejuicios que hay en el fútbol y que empezaban en que nunca fue jugador de fútbol a nivel profesional. La ambición la tuvo siempre y creo que en cierto modo él se vio reflejado en mí: como para él fue un punto de partida su salida al fútbol peruano, entiende que para mí este libro puede ser un inicio para seguir escribiendo. Además, “No escucho y sigo” es una frase de “Callejeros” que lleva tatuada en la piel.

-¿Cómo era Sampaoli futbolista?

-Lo más cerca que estuvo del fútbol profesional fue en las inferiores de Newell's, donde se fracturó la tibia y dejó. Pero más allá de lo físico, él cuenta que esa lesión lo destruyó mentalmente y no se pudo recuperar. Jugaba de volante por izquierda, pero él no quería posiciones fijas, él quería marcar siempre al mejor del equipo rival.

-¿Y sus inicios como entrenador?

-En el 92/93 jugaba y dirigía la reserva de Alumni de Casilda. Incluso en el 91 armó el equipo que ganó la final. Tuvo que hacerse cargo porque el técnico tuvo el viaje de estudios de la hija y no pudo estar en el partido decisivo. Después, los dos primeros años que dirige la primera de Alumni llega a las finales, en el 94 y 95, con todos pibes del club. En el 96 va a Belgrano de Arequito y sale campeón. Después dirige Alumni de nuevo, Belgrano otra vez y Aprendices. Hasta que en 2002 decide irse.

-En Perú se empieza a gestar el técnico de hoy.

-Sin dudas. En Perú dirigió a Juan Aurich, pero estuvo solo dos meses porque hubo un cambio de presidente y tuvo que irse. Después fue a Sport Boys, que es un club que quiere mucho porque se identificó con la ciudad, que es portuaria, con muchos obreros. De ahí en más, nunca paró de crecer.

-¿Se involucra en política?

-Él reconoció que es kirchnerista, no lo oculta. Lo que hablamos de política me surgió a través de un cuadro que él tiene en la casa, donde se ven diferentes rostros de Evita. Entonces me contó que la Juventud Peronista de Casilda se reunía en la casa de un tío suyo en la época de la dictadura. Él le decía “La jabonería de Vieytes” a ese lugar. Ahí iba el actual intendente de Casilda, al que también entrevisté para el libro.

-Siempre cercano al peronismo...

-También me contó que a veces escucha discursos de Perón, Evita y de otros líderes políticos porque eso le sirve para hablarles a los jugadores. Le gusta rescatar ese lenguaje emocional.

-Hablaste con músicos muy representantivos para él.

-Por el título que tiene el libro (frase del estribillo del tema “Prohibido, de Callejeros), para mí era fundamental tener el testimonio de Fontanet. Me encontré con Pato después de un recital de su nueva banda “Don Osvaldo” y lo que me dijo es que valoraba muchísimo el acercamiento de Jorge porque se dio en el peor momento de ellos, presos y condenados socialmente. Fontanet me contó que solo dos personas lo fueron a ver a la cárcel sin conocerlo previamente: Víctor Hugo Morales y Sampaoli. A partir de eso mantienen un contacto.

-¿Alguien más?

-Con el otro que tiene mucho contacto es con el Pelado Crodera. Resulta que el padre del Pelado una vez lo llamó y le dijo que vea los partidos de la U de Chile que dirigía el Zurdo porque ese equipo jugaba a algo distinto a todo lo demás. El Pelado lo vio y quedó maravillado; le escribió un mail a Jorge en el que le agradecía porque le había devuelto el gusto por ver fútbol. El asunto del mail era “de loco a loco”.

-¿En qué espejos futbolísticos se mira?

-Obvio que Bielsa es su máximo espejo, porque nace todo de ahí. Pero decir que Sampaoli es “bielsista” para mí es reducirlo. Viendo su trabajo desde adentro, te puedo asegurar que mira todo; que ha captado cosas de muchos entrenadores del mundo y que a partir de eso ha creado un estilo propio. Incluso toma muchos conceptos de Guardiola también, Chile ya no es tan directo. Por ejemplo, en el último amistoso con Brasil, Chile tuvo el 65 por ciento de posesión de pelota. Yo me animaría a decir que su estilo es “sampaolista”.

-¿Cómo prepara los partidos?

-Imaginando todos los trámites posibles. Dice que el secreto del entrenador es preparar cada partido de manera especial. “Si mis jugadores van a jugar contra Messi, yo no les puedo hablar de la misma forma que antes de cualquier otro partido; los tengo que motivar con algo especial porque si no van a ser superados sin dudas”, me explicaba.

-Creó un método de entrenamiento virtual que fue elogiado por Guardiola...

-Eso me pareció fantástico. Como él notó que los jugadores pasaban mucho tiempo jugando a la Play Station, inventó un software para que desarrollen un entrenamiento específico mientras accionan el joystick. Cuando Guardiola se enteró lo llamó y le dijo que lo tenía que patentar, que era algo muy bueno.

-Un tipo tan especial debe tener muchas anécdotas...

-En Chile se acuerdan mucho de cuando fue a trabajar un 1 de Mayo. Fue al predio de la U y solo encontró al guardia, que no lo quería dejar pasar. Entonces se metió a una oficina por una ventanita y quedó grabado en las cámaras de seguridad.