Imaginar un Mundial cada 2 años es muy tentador. Las Copas del Mundo son la cita futbolística por excelencia y suponerlas año por medio es atrapante. Pero inviable y contranatura. Semejante continuidad desvirtuaría la expectativa que generan y su competitividad. Además provocaría un choque frontal entre la Fifa y las uniones y confederaciones continentales.

Obviamente el gran objetivo es económico y no deportivo. Es por eso que la batalla ya está en desarrollo. La gira por el mundo de Gianni Infantino buscando adeptos es una prueba contundente de ello.

“Una candidatura sudamericana es muy fuerte para organizar un Mundial. Desde siempre se vive el fútbol de una manera increíble, porque el corazón del fútbol está aquí. Sería fantástico organizar un Mundial en Sudamérica”, dijo el mandamás de la Fifa el mes pasado en su visita por el país.

“Es un honor y una emoción particular estar en Argentina. Es un sitio excepcional. Lo más bonito que tiene este país es este lugar impresionante, porque se vive el fútbol. Todos los argentinos se tienen que sentir orgullosos del predio, porque no hay muchos como éste. No sólo por el espacio y todo lo que se está haciendo, sino por la magia que tiene con los antecedentes de los campeones del mundo. Ya me siento en mi casa”.

“Nunca debemos perder el sentimiento que esto nos genera. Los dirigentes estamos al servicio de los jugadores y los hinchas. Tenemos que crear las estructuras, porque los escenarios donde brillan los futbolistas deben ser perfectos. Y en este sentido, la AFA está haciendo un trabajo brillante, con una estrategia extraordinaria”.

“Como presidente de la Fifa, estoy al lado de la AFA, porque estamos trabajando en el mismo equipo”... Y bla, bla, bla.

A todas y cada una de estas frases y palabras rimbombantes y para la ocasión podría cambiárseles AFA por CBF (Brasil), o Anfp (Chile), o AUF (Uruguay) y serían idénticas.

Y así en toda América, como en Europa, en Africa, en Asia y en Oceanía.

Cuando se decidió jugar una Copa del Mundo cada 4 años, sólo 40 equipos jugaban al fútbol y hoy somos más de 211

La campaña mundial de Infantino, no obstante, no obtuvo los resultados que esperaba y las competencias ecuménicas cada 2 años empiezan a esfumarse aunque el italo suizo que conduce una de las multinacionales más importantes del mundo no da el brazo a torcer.

Si se armó un escándalo con la triple fecha de eliminatorias en Sudamérica por causas de fuerza mayor, es inimaginable suponer una logística viable para organizar mundiales cada dos años.

Hasta Leo Messi recibió el cimbronazo tras las declaraciones de Leonardo, mánager de PSG, por sus sucesivas lesiones.

“En estos dos meses pasó más tiempo con su selección que con el club. Disputó tres partidos en el último parate internacional. Viaja, vuelve, viaja, y ahora tiene problemas musculares”, se quejó el brasileño.

Es muy complejo armar una grilla anual que incluya los torneos locales, las eliminatorias, la Eurocopa, la Liga de Naciones de la Uefa, la Champions, la Europa League, la Copa América, la de Africa, la de Asia, la Libertadores, la Sudamericana, la Concachampions, sólo por nombrar a la mayoría. Pero hay más.

¿Y los jugadores? Son maquinitas que están todo el día adentro de una cancha de fútbol. Esa parece ser la idea. En realidad, en los tiempos que corren ya sucede que hay partidos de todas las competencias todo el tiempo.

¿Y las vacaciones? Ya se verá, la tentación por el negocio es muy fuerte.

La resistencia de las entidades continentales es poderosa y parece inviable que el proyecto siga adelante. Pero Infantino, que para 2026 ya diseñó un Mundial de 48 selecciones, insiste.

“Hoy hay una distancia enorme entre el fútbol de Europa y el resto del mundo. Nosotros no queremos bajar el nivel europeo, sino elevar el del resto. Creo que una de las ventajas se fijarán en el Mundial cada dos años y la modificación del calendario. La idea es que haya mayor competición en el alto nivel, para brindar más esperanzas a los hinchas. Cuando se decidió jugar una Copa del Mundo cada 4 años, sólo 40 equipos jugaban al fútbol y hoy somos más de 211”, dijo Gianni en el predio de la AFA. En Europa, seguramente su discurso será distinto.

La Conmebol sacó rápidamente los pies del plato.

“Una Copa del Mundo cada dos años podría desnaturalizar la más importante competición de fútbol en el planeta, rebajando su calidad y minando su carácter exclusivo y sus actuales estándares de exigencia. La Copa del Mundo es un evento que concentra la atención y las expectativas de miles de millones de personas porque representa el punto culminante de un proceso de eliminación que dura todo el periodo de cuatro años y que tiene su dinámica y atractivo propios... No se encuentran razones, beneficios ni justificación para el cambio impulsado por la Fifa. En atención a ello, los diez países que componen la Conmebol se ratifican en que no participarán de una Copa del Mundo organizada cada dos años”, se expresó con dureza en un comunicado firmado por su presidente Alejandro Domínguez.

Parece un tema terminado, pero negocios son negocios. En el fútbol nunca se sabe.