El Mundial está a la vuelta de la esquina y la relación con los clubes propietarios de los futbolistas debe, o debería, estar lo más aceitada posible. A propósito, se discute por estas horas si es conveniente convocarlo a Messi para la penúltima doble jornada de eliminatorias habida cuenta de que Argentina ya está clasificada para Qatar. Además, Leo no jugó un solo partido en lo que va del año producto de las vacaciones primero y del covid después. Hasta se mostró en un posteo junto a Antonela en las últimas horas reconociendo que el virus lo había maltratado más de lo previsto.

Cuentan que Leo, que es el que tomará la decisión final, pidió unos días para terminar de evaluar la situación aunque si dependiera de Lionel Scaloni no habría nada que pensar. El técnico cree que lo mejor es que Messi descanse y aproveche para terminar de asentarse en el fútbol francés y de paso libere las tensiones que existen tras los sucesivos llamados de la AFA que le dejaron al capitán poco margen para la continuidad en el PSG.

La estrategia del entrenador sería liberar a algunos jugadores del Viejo Mundo, no sólo al capitán, y ampliar el llamado de representantes locales y fundamentalmente varios otros que están en el radar y que juegan en Europa para los partidos frente a Chile en Calama (27 de enero) y 1° de febrero ante Colombia (en Córdoba).

De hecho ya hay una nómina de reservados que fueron informando los clubes propietarios de los futbolistas que muestra esa tendencia: Giovanni Simeone (Hellas Verona); Nahuel Molina y Nehuén Pérez (Udinese); Paulo Dybala y Matías Soule (Juventus); Manuel Lanzini (West Ham); Alexis Mac Allister (Brighton); Juan Foyth (Villarreal); Gustavo Del Prete (Estudiantes); Esteban Andrada y Maximiliano Meza (Monterrey) y Lucas Ocampos (¿qué habrá sucedido con el jugador de Sevilla, genio y figura del equipo andaluz? Pasó de ser número puesto a prácticamente descartado y ahora reflotado).

La convocatoria es inminente y en ese momento se develarán las incógnitas. Está claro que los jugadores siempre quieren estar y no les gusta dejar las puertas abiertas a otros nombres por las dudas, pero la sensación es que Scaloni ya tiene gran parte del plantel definido para la Copa del Mundo y la mayoría de los nombres coinciden con los que lograron la Copa América en Brasil.

El entrenador debe decidirse entre darles competencia a los probables mundialistas o no hacer más tirante la relación con los propietarios de los futbolistas

Si no pasa nada raro, si no hay lesiones, los arqueros serán Emiliano Martínez, y Franco Armani seguro, y entre Agustín Marchesín y Juan Musso estará el tercero.

Los defensores son varios y casi todos número puesto: Otamendi, Romero, Montiel, Molina y Acuña. Tagliafico, Pezzella y Lisandro Martínez también están ahí pero con un grado menor de certitud. No habría que descartar ni a Foyth ni a Martínez Quarta.

Paredes, De Paul, Lo Celso y Di María estarán en Qatar y hasta Papu Gómez y Nico González son mediocampistas, ofensivos en este caso, candidatos. Messi y Lautaro Martínez son los delanteros titulares y allí la ausencia de Agüero abre un cupo que seguramente ocupará Julián Alvarez, aunque hay que pensar en un par de delanteros más. Allí Joaquín Correa pelea con muchas chances. Y está Dybala, un futbolista convocable ciento por ciento, pero con escasas prestaciones en la selección y una situación contractual casi de conflicto con Juventus.

En el medio, por ejemplo, Guido Rodríguez parece ser el reemplazo de Paredes en caso de cambio de estrategia o bajo rendimiento del ex Boca.

Angel Correa y Exequiel Palacios también están en la órbita y tienen chances de estar. 

Como se puede observar, los jugadores nombrados son varios más que los 23 que integran una lista mundialista y el margen para las sorpresas, que siempre existen en la convocatoria a un Mundial, es francamente escaso.

Scaloni ya tiene gran parte del plantel definido para la Copa del Mundo y la mayoría de los nombres coinciden con los que lograron la Copa América en Brasil

Es por eso que Scaloni analiza la convocatoria para partidos que no tendrán puntos importantes en juego, pero, no obstante, sí representarán momentos oportunos para aceitar el funcionamiento de un equipo que parece haber encontrado definitivamente su identidad después de ganarle la final de la Copa América a Brasil en el estadio Maracaná.

Y esa estrategia también es parte de la disyuntiva. 

Habrá poco rodaje de aquí al Mundial. Los cuatro partidos de eliminatorias, el choque con Italia de junio denominado “Finalísima” entre los campeones de América y Europa y muy poco más. Demasiadas pocas pruebas para una Copa del Mundo.

Por eso, el entrenador debe decidirse entre darles competencia a los probables mundialistas o no hacer más tirante la relación con los propietarios de los futbolistas y llamar a un grupo alternativo que además le permita cerrar los muy poquitos casilleros que aún no se completaron.

Por los últimos movimientos esta última parece ser la opción. O quizás un mix.