El año futbolístico llegó a su fin y es tiempo de hacer balance. Rosario Central transitó por el 2021 de manera irregular y pagó caro la doble competencia de la primera parte del año. Fue de los más goleadores, pero también de los que más goleados. Su emblema, Marco Ruben hizo historia.

La campaña: Irregular. En el torneo local terminó en el puesto 16 con 32 puntos (sobre 75 posibles) producto de 9 victorias, 5 empates y 11 derrotas. Convirtió 39 goles (el 5° mejor en este rubro) y recibió 41 (el 3° peor registro).

Además jugó 4 partidos de Sudamericana: dos ante Táchira, al que dejó en el camino tras empatar en Venezuela y ganar en Arroyito; y 2 frente a Bragantino, que lo eliminó en cuartos de final con un global de 5 a 3.

Los futbolistas que más jugaron fueron Lautaro Blanco con 26 partidos, Facundo Almada 25, Diego Zabala y Emmanuel Ojeda 24, Mauricio Martínez, Francesco Lo Celso y Pupi Ferreyra 23 y Marco Ruben 22. El símbolo canalla fue el goleador del semestre con 17 tantos, seguido por Vecchio con 6, Gamba con 4, Ávila e Infantino con 3.

El mejor partido: En un torneo muy ciclotímico para El Canalla, el equipo se destacó en las victorias ante Arsenal, Racing y Colón y jugó un muy buen partido frente a River pese a no haber podido ganar. Además hizo un muy buen juego en Arroyito ante Táchira en la Copa y frente a Bragantino en Brasil, pese a que esa noche quedó eliminado de la competencia.

El peor partido: Hubo varios juegos en que el equipo jugó muy mal (en el comienzo del semestre con el conjunto alternativo, más los duelos ante Argentinos o Unión por ejemplo) pero el peor de todos por el contexto fue el último frente a Huracán, donde Central llegó con la chance de clasificar a la Sudamericana y sufrió un tremendo cachetazo propinado por un rival digno pero sin jerarquía que lo dejó penando en Arroyito.

La figura: Marco Ruben. El delantero arrancó el semestre con alguna lesión pero se recuperó y mostró su mejor versión (similar a aquella inolvidable de 2015). Hizo goles para todos los gustos (17 en total en 22 partidos) y se transformó en el máximo artillero de la historia profesional auriazul.

La decepción: Las incorporaciones. Caraglio, Garay, Desábato y en menor medida Covea (no tuvo grandes rendimientos pero mostró cosas interesantes y dejó el crédito abierto). Por lesiones o bajos rendimientos, todos los futbolistas que se sumaron en el último mercado de pases jugaron poco y rindieron menos de lo esperado. 

La revelación: No hubo una aparición fulgurante pero sí un par de pibes que se afianzaron y mostraron un buen rendimiento. En ese contexto se destacan la labor del chico Blanco en el lateral izquierdo (de sus centros nacieron 8 goles en el semestre) y la pegada del pibe Infantino que anotó 3 golazos y mostró que tiene un gran futuro.

El mejor gol: Hubo varios de gran factura, como el de Ruben de taco a River para llegar al récord, la chilena del propio Marco ante Bragantino o el tremendo zapatazo de Infantino ante Racing, pero por la concepción y la belleza estética, el gol de Vecchio a Táchira para pasar a cuartos de Copa fue el mejor del semestre. ¡Una belleza!

Balance: Muy irregular. Buena imagen en la Sudamericana pero flojo torneo doméstico. El inicio del semestre estuvo signado por la doble competencia y el equipo alternativo no rindió (sacó solo 3 puntos de los primeros 18 en juego). Luego se acomodó mejor pero nunca fue un equipo confiable. Y sobre el final, cuando parecía que lograba el objetivo de clasificar a Copas después de sortear un duro fixture, reaparecieron las dudas en el lapidario 1-4 frente a Huracán que lo dejó sin nada.