Cinco claves para transformar tu día laboral

Algunos consejos para implementar en el día a día y que la jornada pueda rendir al máximo

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La mayoría de las personas consideran que su día podría ser más productivo, pero lo que se requiere no es un par de horas extra en el día, sino aprender y dominar algunas técnicas para lograr que las horas con las que ya contamos rindan al máximo:

Elimina el ruido

No hay que aislarse del entorno con un par de audífonos: se trata de hacer de la sencillez tu estilo de trabajo. ¿Alguna vez has escuchado que menos es más? El autor del libro cree que el secreto para tener una jornada productiva no es buscar hacer más cosas en menos tiempo, sino saber elegir las tareas para llevar a cabo. “El camino del esencialista implica aprender a identificar la diferencia, filtrar las opciones y seleccionar las que realmente son esenciales", explica. En lugar de dividir tu tiempo y energía en muchas actividades, aprende a invertirlos de manera inteligente. Esta tarea requiere una gran disciplina, pero créenos: el esfuerzo bien valdrá la pena.

Aprende a decir “no”

¿Cuántas veces has lamentado haberte comprometido con algo y preguntado, “por qué dije que sí a esto”? A partir de hoy, antes de consentir a algo, pregúntate: “¿en realidad puedo cumplir esta solicitud considerando el tiempo y los recursos de que dispongo?” “¿Es esto lo más importante que debería estar haciendo con mi tiempo y mis recursos en este momento?”. “Si no puedes responder con un ‘sí’ rotundo, rechaza la petición”, explica McKeown. Quédate únicamente con los proyectos significativos y valiosos para la empresa. Al poco tiempo, quienes te rodean comenzarán a respetar y valorar tu trabajo como nunca antes.

No cedas ante la presión

¿Cuántas personas que conoces no viven abrumadas por las presiones que las rodean? A esta “dolorosa situación” el autor la conoce como “La paradoja del éxito”. Solemos comprometernos a completar tareas no porque las consideremos necesarias, sino porque cedemos ante las presiones ejercidas por el entorno. ¿La solución? No digas que sí sólo para complacer. Si tratas de mantener feliz a todo el mundo, sacrificarás lo más importante. “Si tú no estableces prioridades en tu vida, alguien más lo hará”, comparte el experto. Di que no con firmeza, determinación y elegancia.

Enfócate en resolver tus problemas

¿Eres esa persona que ha asumido el papel de ángel guardián y soluciona los problemas de todos los demás? Estás ejerciendo un daño doble; a ti mismo y a la persona que crees ayudar. Si les quitas a los demás sus problemas, les estás quitando también la habilidad para resolverlos. No permitas que otros drenen tu tiempo y energía para su beneficio. Levanta tus cercas, es decir, pon tus límites y desvía a las personas que sólo te hacen perder el tiempo.

¿Estimas que tardarás 10 minutos? Considera el doble

Las personas suelen ser demasiado optimistas con el tiempo que creen que le tomará llevar a cabo sus actividades. Como resultado, con frecuencia llegan tarde, y viven en un constante estado de estrés y de culpa. “La falacia de la planeación” es un término que fue acuñado en 1979 por Daniel Kahneman, y que se refiere a la tendencia de la gente a subestimar el tiempo que tardará en completar una tarea. Rompe este ciclo de una vez por todas. Esto no sólo aliviará el estrés de llegar siempre tarde, sino que además te permitirá administrar mejor tu tiempo.

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